A punta de velas

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Ahora Corpoelec, lejos de demostrar que puede responder a un modelo económico de organización sustentable en lo administrativo y operativo, ha comenzado a presentar insolvencias de caja.

Sin la autonomía de toda índole que exige un manejo operativo de tanta especificidad, como en efecto es el actual sistema eléctrico nacional, la labor de Corpoelec será sencillamente catalizadora de mayores dificultades


 

Antonio José Monagas / El Diario de Los Andes (Venezuela) – 29/04/12

El frágil equilibrio del Sistema Eléctrico Nacional, nuevamente asedia la vida nacional. Se reviven los temores de la crisis de 2011 cuando el país se vio abatido por recurrentes interrupciones del servicio de electricidad. Resulta ahora descabellado, y con sobrada razón, que el país petrolero que es Venezuela tenga que padecer de este tipo de problema. Sobre todo en tiempo de elecciones, cuando el oficialismo, con el derroche de recursos que exhibe, está empeñado en prometer un mundo colmado de «bienestar y progreso» con la crisis encima que ha contribuido a consolidar.

La mentada «empresa eléctrica socialista», Corpoelec, deja ver la incompetencia de una gerencia que desconoce las realidades que gravan al país, por cuanto escasamente está entregada a paliar situaciones solamente con la intención de disimular una gestión técnica que no termina de entender ni atender. Ahora Corpoelec, a decir del estilo interventor establecido por el Gobierno central para controlar el proceso de elaboración y toma de decisiones, dado el interés por concentrar el devenir administrativo nacional, como en las mejores dictaduras, fusionó las catorce empresas eléctricas que existían en Venezuela. Así acabará por desplomarse el sistema eléctrico nacional.

Además de representar una «institucionalidad fallida», tan tétrico invento no podrá actuar como ente coordinador ni operador de condiciones y demandas totalmente diferenciadas en términos de anomalías técnicas, culturas organizacionales, necesidades sociales y requerimientos industriales. Pero sobre todo, de expectativas políticas por cuanto las complicaciones que surgen de tan desatinada fusión obedecen a una complejidad imposible de sistematizar y reorganizar desde una jefatura única. Sin la autonomía de toda índole que exige un manejo operativo de tanta especificidad, como en efecto es el actual sistema eléctrico nacional, la labor de Corpoelec será sencillamente catalizadora de mayores dificultades.

Ingeniero Víctor J. Poleo Uzcátegui

La vulnerabilidad en seguridad energética que presenta el país, es un factor que no ha sido considerado al momento de armar tan ilógico parapeto. Es como un acertijo cuya resolución no puede sujetarse a decisiones centralizadas debido a que contradice las leyes científicas de la administración moderna cuando plantean la necesidad de acción de acuerdo a las condiciones que confluyen ante realidades puntuales. Frente al problema que encierra la creación de dicha «empresa eléctrica socialista», Victor Poleo, docente de postgrado de Economía Petrolera en la UCV, expresa que detrás de ello se esconde el propósito de instaurar «un único patio de confrontación, hecho a la medida del Gobierno para someter a su clase trabajadora y profesionales del sector eléctrico, apostando al desgaste inducido por las potenciales disimilitudes entre sus varias culturas históricas» (Mariela León. El Universal. 9 Abril 2012, p. 1-11).

Ahora Corpoelec, lejos de demostrar que puede responder a un modelo económico de organización sustentable en lo administrativo y operativo, ha comenzado a presentar insolvencias de caja lo cual aumenta el déficit que mantiene, convirtiéndose así en otra empresa gubernamental dependiente de las compulsivas transferencias del fisco tanto como de la abusada renta petrolera. Indudablemente una empresa con tales deficiencias apunta a ser una carga pesada para la movilidad del país. No sólo por la precariedad de su capacidad boicoteada por las imposiciones de un Gobierno que sólo busca ordenar sin razonar o medir consecuencias. Sino también, por el enorme riesgo a que lleva cuando por esta misma causa se violan límites de operación en labores de transmisión de electricidad apostando a que el país vuelva a alumbrarse a punta de velas.

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