Altas temperaturas y congelación de tarifas inciden en la demanda

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"En buena praxis el despachador no quiere despilfarrar agua del Caroní ni quiere quemar innecesariamente combustibles termoeléctricos, en buena teoría".

El descenso del embalse de Guri no es preocupante, pero tampoco de descuidar


 

Mariela León / El Universal (Venezuela) – 29/06/09

En el último registro del Centro Nacional de Gestión (CNG) sobre el comportamiento del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), se advierte una expansión acumulada de 3,5% de demanda máxima de potencia y de 3,85% en la energía consumida, con el añadido de un descenso en el embalse de Guri de 5,55 metros sobre el nivel del mar (msnm).

Miguel Lara, ex gerente general de la Oficina de Operación de Sistemas Interconectados (hoy CNG), precisa que la diferencia entre demanda máxima de potencia y consumo eléctrico deriva en que el primero de estos indicadores «representa el valor más alto en la demanda (valga la redundancia) que en algún momento del día, semana, mes, año, registra el sistema» y, el segundo valor «se entiende como el consumo de energía asociado a la demanda de potencia que ocurre en un período o tiempo establecido».

Señala que un aumento de la demanda máxima en 3,5%, entre los meses de mayo de 2008 y 2009, en los cuales se alcanzó 16.183 megavatios (MW) y 16.749 MW respectivamente, de acuerdo al Centro Nacional de Gestión, «es cercano al crecimiento vegetativo» de ese factor «en países del Tercer Mundo y en el caso particular de Venezuela».

No obstante considera que su fluctuación puntual ascendente obedece al «inusitado incremento de la temperatura que hace que en días calurosos la demanda se eleve en unos 500 MW con respecto a los días lluviosos». También influyen en este desempeño el mantenimiento de «tarifas congeladas, la deficiente gestión de cobro de las empresas revolucionarias, el robo de energía» y el uso de cocinas eléctricas en las zonas marginales, ante las dificultades en adquirir bombonas de gas.

En atención 

La disminución del nivel del embalse de Guri en 5,55 msnm, no representa para Lara un rasgo preocupante, pues apenas empieza la época de lluvias. Adiciona no obstante que «son los aportes de estos meses los que definen el riesgo futuro» de ese complejo hidroeléctrico.

Víctor Poleo, profesor del posgrado de Economía Petrolera en la UCV, indica asimismo que no es inquietante per se, pero tampoco «es para descuidarse ante un caudal abundante del Caroní (Guri, Macagua, Caruachi) tan generoso como incierto».

«Compete al despachador (CNG)», dice el analista, «identificar en tiempo real la mejor asignación de metros cúbicos de agua a turbinar en las presas en cascada del Bajo Caroní y volúmenes de combustibles termoeléctricos en centrales del país».

«En buena praxis el despachador no quiere despilfarrar agua del Caroní ni quiere quemar innecesariamente combustibles termoeléctricos, en buena teoría», apunta el ex director del entonces Ministerio de Energía y Minas (MEM), «ese despachador dispone de un modelo matemático para optimizar sus decisiones en el tiempo».

Poleo sostiene, sin embargo, que «sería preocupante que la disminución de la altura del embalse obedeciera a decisiones no racionales y, ejemplo insigne, es el caso para no olvidar de una infeliz decisión en 2002-2003» en el cual los niveles de la presa llegaron a límites de alto riesgo. Insiste en que «preocupante es que la operación y la planificación del sistema eléctrico venezolano continúe sufriendo de desprofesionalización, en aras de ubicar decisiones irracionales en posiciones directivas».


E-mailmleon@eluniversal.com

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