Irán envía más petróleo a Venezuela por nuevo pacto firmado con Maduro

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Fortune fue una de los primeros buques iraníes en llegar a Venezuela el año pasado (Twitter).

Un cargamento de 2,1 millones de barriles de condensado iraní será descargado los próximos días. Una nueva señal de la dependencia chavista de Teherán para sobrevivir en medio de la crisis


 

Oriana Rivas / PanAm Post (Latinoamérica) – 26/10/2021

Hace un año los objetables lazos comerciales entre Irán y Venezuela eran noticia por el envío de buques petroleros para satisfacer la demanda de combustible en el país caribeño. La dependencia se normalizó en manos del régimen de Nicolás Maduro. La otrora potencia petrolera, con las reservas más grandes del mundo, quedó humillada tras dos décadas de mala gestión y corrupción chavista.

Esta vez la historia se repite. Caracas y Teherán firmaron un nuevo acuerdo por seis meses que se está concretando en aguas venezolanas. Un cargamento de 2,1 millones de barriles de condensado iraní será descargado los próximos días, según un documento con firma estatal revisado por Reuters.

El acuerdo entre PDVSA y National Iranian Oil Company (NIOC) tiene como objetivo intercambiar condensado iraní (petróleo muy ligero) por crudo pesado venezolano para venderlo en Asia. Esto a pesar de las sanciones impuestas a ambas naciones por Estados Unidos. País que por cierto, está al tanto de los nuevos movimientos. El Departamento del Tesoro aseguró a la agencia de noticias que el pacto podría ser una violación a dichas restricciones.

Pero ambos regímenes han hecho caso omiso. Tanto así que a finales de 2020 salieron a la luz las maniobras que usa Maduro, instruidas desde Irán, para evadir la sanciones. Desde barcos «fantasma» hasta dispositivos de localización apagados. Todo es posible dentro de las tretas de la dictadura chavista.

¿Cómo funciona el nuevo pacto?

El primero de esos cargamentos zarpó de Venezuela en septiembre en el petrolero iraní Felicity, de acuerdo con la nota de Reuters. Luego, Irán suministró a PDVSA un primer cargamento de condensado en el petrolero Dino I, que zarpó de regreso la semana pasada con crudo venezolano.

El segundo cargamento de condensado iraní llegó a aguas venezolanas el lunes en el petrolero Dorena de bandera iraní. Allí estarían los 2,1 millones de barriles. Este tipo de crudo es vital para PDVSA, que necesita diluir la producción de petróleo extrapesado de la Faja del Orinoco. «Este crudo, muy denso y con alto contenido de azufre, requiere ser diluido para su transporte y exportación», explicó una nota de Infobae.

Un punto a tener en cuenta es que PDVSA y sus empresas mixtas exportaron en septiembre 414.000 barriles por día en 19 cargamentos, una disminución de 34 % respecto al mes anterior y el promedio más bajo desde octubre de 2020, reportó Ámbito. La causa es justamente la falta de diluyentes. Por ende, la desesperación de Maduro cobra forma. La estatal petrolera tenía la capacidad de producir e importar suficiente crudo ligero y productos refinados para convertir su crudo extrapesado en variedades exportables. Pero esto mermó bajo la deplorable gestión chavista.

Maduro firmó un nuevo convenio con los iraníes para tomar oxígeno de cara a las negociaciones con la oposición, afirmó un análisis del portal Atalayar. «Le conviene estar lo mejor preparado posible para los primeros comicios con mínimas garantías en décadas, y eso pasa por levantar una situación económica devastadora».

Depender del régimen iraní

Cuando Hugo Chávez asumió la presidencia en el año 1999, el país producía 3,2 millones de barriles al día. Prometió duplicar la producción y no cumplió. En septiembre pasado, 22 años después, Venezuela tan solo produjo 650.000 barriles diarios (bpd), según el boletín de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP). Aumentó en comparación con los 569.000 barriles diarios promediados en 2020, pero los números siguen siendo muy bajos.

Adicionalmente, en el período entre 1999 y 2014, Venezuela recibió alrededor de 845.000 millones de dólares como ingresos nominales por concepto de exportación de crudo y derivados del petróleo. En un evidente declive, para 2020 las exportaciones venezolanas cayeron 37,5 % hasta los 626.534 bpd, el nivel más bajo en 77 años.

El chavismo culpa a Estados Unidos por la sanciones impuestas desde 2017 bajo la presidencia de Donald Trump. Pero esto es solo parte del retórico discurso antimperialista. El régimen se encargó durante años de destruir la industria petrolera por la nula inversión y la exacerbada corrupción. El exministro de Petróleo y Minería y expresidente de PDVSA, Rafael Ramírez, estimó que «700.000 millones de dólares» se perdieron durante 10 años de su gestión. Es decir, casi todo lo que ingresó entre 1999 y 2014 por exportaciones.

Actualmente, en su lugar está Tareck El Aissami, otra figura clave de la dictadura. En junio dijo que la producción petrolera aumentaría a 1,5 millones de barriles diarios para fin de año. Pero el nuevo acuerdo con Irán desde ya demuestra la contrario. Venezuela seguirá dependiendo de su aliado, que más que un intercambio de crudo, busca alianzas estratégicas para tener cada vez más presencia en tierras caribeñas. Una posición ansiada por los países comunistas de Oriente para ganar rutas comerciales y acercarse a su principal enemigo, Estados Unidos, según el análisis de expertos. Venezuela, tan solo es un medio para llegar a ese fin.


  • Oriana Rivas / Periodista venezolana radicada en Buenos Aires. Investigación para las fuentes de política y economía. Especialista en plataformas digitales y redes sociales.

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