Déficit eléctrico requiere de $8.000 millones sólo para capacidad instalada

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Soluciones deshonrosas podrían aplicarse, como el alquiler de plantas eléctricas enviadas en barcazas.

Según el ex viceministro de electricidad, Víctor Poleo, el Gobierno descartó centrales del Alto Caroní


 

Érika Hidalgo López / El Mundo (Venezuela) – 21/10/09

El Estado venezolano tiene una deuda entre 4.000 y 5.000 megavatios con sus ciudadanos. Si se toman los 4.000, para ser conservadores, ellos equivalen a dos veces la generación de Planta Centro, si operase a plena capacidad. Y a menos de dos veces el consumo de Caracas que gira en torno a 2.300 megavatios diarios.

También puede compararse con la generación total de muchísimas naciones. Bolivia, por ejemplo, tiene una capacidad de generación total de 1.645 megavatios; Ecuador, de 3.950 megavatios; y Uruguay, de 2.228 megavatios. El déficit nacional representa además 20% de la capacidad instalada nominal del país, que asciende a más de 20.000 megavatios.

De acuerdo con cálculos del ex viceministro de electricidad, Víctor Poleo (1999-2001), para reponer ese déficit se requieren unos 8.000 millones de dólares sólo en generación. El monto no incluye transmisión, ni distribución, ni tampoco las necesidades proyectadas en el tiempo, que según el experto son de 1.000 megavatios interanuales.

Salida penosa

A decir de Poleo la crisis eléctrica no tiene solución. Para él, cualquier salida pasa por la necesaria construcción de nuevas plantas inclusive hidráulicas. Sin embargo, está seguro de que esa opción no es parte de los planes gubernamentales, más aún cuando el propio ministro de Planificación, Jorge Giordani, aseguró que los proyectos de las cuatro centrales hidroeléctricas, que se remontan a los planes iniciales de la CVG, Macagua y El Guri, no serán materializados.

Según Poleo, Giordani asegura que ello debe quedar para dentro de 500 años. Para Poleo, una muestra de miopía planificadora y de un enorme desconocimiento del sector. Estas cuatro plantas hidráulicas, que se ubicarían en el Alto Caroní, podrían generar 10.000 megavatios en conjunto. Tayucay (1.800 megavatios), Aripichi (2.800 megavatios), Eutobarima (2.700 megavatios) y Auraima (2.700 megavatios).

¿Y qué nos depara? Soluciones tercermundistas. Poleo sostiene que un modo de resolver podría ser a través del alquiler de plantas eléctricas traídas en barcazas. Existe un mercado internacional para situaciones de emergencia. «Y en eso estamos», comenta el analista. Otro factor que señala es la desprofesionalización que ha sufrido el sector eléctrico, al igual que el rubro petrolero. Para él lo peor es enfrentar la sordera de los tomadores de decisiones. «Incapaces de aceptar la crítica, intolerable para ellos», acota.

Promesas en megavatios

La planificación del año 2000 contemplaba incorporar una oferta de potencia entre los años 2003 y 2009 en el orden de 5.100 megavatios. De ello se concretó sólo Caruachi, sus operaciones comenzaron el 31 de marzo de 2006, tres años después de lo previsto. Pero vale recordar que la construcción venía caminando desde finales de los 80. Su capacidad de generación es de 2.300 megavatios.

La Central Hidroeléctrica La Vueltosa debía iniciar sus operaciones en el año 2007. Entregaría para la fecha un volumen de energía eléctrica en el orden de 500 megavatios, para aliviar el recurrente déficit eléctrico en la Región Andes.

Las reestimaciones del plan 2003-2009 rodaron su inicio de operaciones para 2011. Este proyecto que forma parte del desarrollo hidroeléctrico Uribante-Caparo se inició en el año 1983.

Tocoma, por su parte, debía iniciar operaciones hacia finales de este año, sin embargo, a la fecha su construcción está en apenas 25%. De acuerdo con el nuevo cronograma, el Ejecutivo estima que será puesta en marcha en 2014. Con esta central hidroeléctrica se estima incorporar 2.300 megavatios al sistema nacional.

-¿Y por qué los retrasos en la conclusión de las obras? Yo lo llamo, simplemente, despilfarro y corrupción. Pues los recursos están.

Para ilustrar su respuesta, Poleo asegura que tiene en sus manos «evidencias forenses», gracias a un estudio que le fue solicitado en el área de transmisión. Tomó para ello 285 proyectos que debieron ser ejecutados entre 2001 y 2005. Serían desarrollados entre oriente, centro y occidente, y se desembolsarían 642,83 millones de dólares. ¿Y qué se encontró? Que sólo 24% fue ejecutado o sea 155,20 millones de dólares. Eso significa que se desconoce el paradero de 487,63 millones de dólares. Para Poleo esto es la explicación macro que puede darse a tanta desinversión en el sector.

CVG en colapso

Las empresas de Guayana, pese al elevado consumo eléctrico, han disminuido su producción. La inoperancia de las maquinarias y la tecnología obsoleta son factores fundamentales para que la energía se desperdicie. Analistas han asegurado que 25% de la generación hidráulica es consumida por las empresas de Guayana.

Poleo señala que en el año 1999 la CVG absorbía 4.500 megavatios de las centrales hidroeléctricas, mientras que para la fecha el consumo está en el orden de 3.200 megavatios. Ello equivale a una disminución en la demanda de energía eléctrica de 1.300 megavatios en 10 años.

El analista asegura que el crecimiento industrial ha disminuido en cerca de 50%. Para él otra razón que desmonta la tesis del crecimiento desbordado del consumo. Insiste en que las razones son desinversión, falta de previsión y de ejecución. Más que incremento desbordado del consumo. Sin embargo, sostiene que el comercio ha crecido, y el propio aumento vegetativo de la población. Ambos factores apoyados en la renta petrolera, por lo que el crecimiento económico es bastante relativo.

Poleo insiste en que la culpa de la crisis eléctrica recae en el propio Gobierno por razones políticas nada beneficiosas para el país. Insiste en que tal y como está la situación del sector a todo nivel, no hay salidas en el corto plazo, por lo que el racionamiento llegó para quedarse.

Industrias básicas consumen 25% de la energía hidroeléctrica generada por Edelca

Erika Hidalgo López / El Mundo (Venezuela) – 21/10/09 

Mientras crece el racionamiento empresas con déficit e improductivas son altas demandantes de energía / Las líneas de transmisión y distribución no soportarán la energía que debe incorporarse al sistema nacional

Las Industrias Básicas de Guayana, consumen 25% de la energía generada por las tres represas hidroeléctricas que operan en el estado Bolívar. La realidad no es nada despreciable si consideramos que estas represas generan 70% de la energía total que se transforma en el país, según las cifras que maneja el presidente de la Federación de Trabajadores del Sector Eléctrico (Fetraelec), Ángel Navas.

La Central Hidroeléctrica Simón Bolívar en Guri, posee una capacidad instalada de 10.000 megavatios, y es considerada la segunda en importancia en el mundo; le sigue la Antonio José de Sucre en Macagua con una capacidad de generación de 3.140 megavatios, y por último la Francisco de Miranda en Caruachi con capacidad de 2.280 megavatios.

El punto no termina allí. El porcentaje de consumo que muestran estas industrias del Estado se relaciona directamente con la obsolescencia de sus sistemas tecnológicos y maquinarias de trabajo. Navas señala que de adecuarse y modernizarse estas compañías estatales podrían liberar un importante nivel de energía que pudiera ser distribuido al resto del país. Ahora bien, no están fácil la adecuación, pero de ocurrir, tampoco es sencillo transmitir la energía liberada a otras latitudes del país.

Navas sostiene que las líneas de transmisión deberían ser también repotenciadas o restituidas en su totalidad para cumplir con el objetivo. De enviarse mayor cantidad de energía sin hacer las inversiones para renovar las líneas de transmisión, «colapsaría el sistema sin duda alguna», comentó. El dirigente gremial recuerda que hace un par de años los trabajadores advirtieron al Ejecutivo Nacional sobre la crisis que se avecinaba, sin embargo, no fueron escuchados.

Desde el año pasado, cuando se produjeron dos apagones de magnitudes importantes a escala nacional, el tema de la electricidad continúa causando preocupación, no sólo por el racionamiento ya oficializado sino porque la solución al problema luce bastante compleja y de largo plazo.

Planta Centro a media luz

Pese a los anuncios constantes de que Planta Centro en Carabobo sería repotenciada y puestas en operación sus cinco unidades de generación, una fuente vinculada con el sector asegura que en los actuales momentos la infraestructura pone en riesgo a los trabajadores por el pésimo estado en que se encuentra, así como también la operatividad de las únicas dos unidades que funcionan. La planta nunca ha operado ha 100% de su capacidad o sea 2.000 megavatios. Actualmente sólo genera de 700 a 800 megavatios en el mejor de los casos, según las fuentes consultadas.

Por otra parte, la planta termoeléctrica Josefa Camejo en Falcón, posee una capacidad de 450 megavatios, sin embargo, no ha sido posible hacerla operar a plenitud, sólo transmite unos 150 megavatios en estos momentos. La razón es simple decirla: las líneas de distribución de todo Falcón datan de más de 45 años, y no han recibido mantenimiento, ni sustitución. De lanzar los 300 megavatios colapsaría todo el sistema de la zona, toda vez que esas pequeñas y deterioradas líneas no soportarían la carga, acotó el informante.

El consumo no se detendrá, las soluciones de hoy son las deudas de ayer, por lo que el Gobierno deberá emprender una carrera en contra del tiempo para alcanzarlo, señaló el analista.


E-mail: ehidalgo@cadena-capriles.com

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