Izquierdo y la crisis eléctrica (I)

0
486
Según el analista Víctor Poleo, el capital asignado a CVG-Edelca ha sido manejado con despilfarro y corrupción.

Nuestro caos diario en la electricidad nacional es un asunto nada trivial que dista mucho de despacharse con planticas diesel aquí y acullá, o con bombillos


 

Víctor J. Poleo Uzcátegui / Tal Cual (Venezuela) – 22/09/09

En una de varias reuniones en septiembre de 1998, el muchacho de Sabaneta diría ante el grupo que diseñó su plan de gobierno: «en las FAN tenemos muchos ingenieros que nada hacen y hay que (sic) ocuparlos en tareas públicas: tenemos ingenieros nucleares y civiles (los hay civilistas)». Usted, general Hipólito Izquierdo, ha de reconocerse como militar ocioso en funciones de ingeniero ocioso. Para decepción del militarismo irresponsable, la ingeniería es ingenio y es oficio.

Dicho de otra forma: no por ostentar un título de ingeniero-Unefa es usted, general Izquierdo, un ingeniero. Su trayectoria en la Industria Eléctrica, si alguna, no exhibe credenciales de planificador del Sistema Eléctrico Nacional o de diseñador de líneas de transmisión a muy alto voltaje.

Ante la sexta falla eléctrica de dimensiones nacionales (3 de septiembre 2009) durante los dos últimos años (la primera el 29 de marzo 2008), ha declarado usted que «el problema es la alta dependencia del Caroní». Mal identificado el problema, mal resuelto. Es de presumir, en consecuencia, que usted desconoce que un 90% de la energía eléctrica generada en Francia es nuclear y que un 70% lo es hidro-eléctrica en Canadá, Colombia, Brasil y los países nórdicos. El problema no es el Caroní, general.

El Mayor Alfonso Ravard

A comienzos de los años 50 se crea la Comisión de Estudios para la Electrificación del Caroní, más tarde CVG-Electrificación del Caroní C.A. (1963). La preside el entonces mayor Rafael Alfonzo Ravard, ingeniero de oficio. Dice Andrés Mata Axpe: «el mayor Alfonzo Ravard se encontraba en rebeldía dentro del Ejército desde el asesinato del General Delgado Chalbaud… y Pérez Jiménez encontró una salida al ofrecerle al mayor, a sabiendas de su pasión por el tema, que se encargara de formar una comisión para desarrollar el sur del país. Alfonzo Ravard puso sus condiciones, entre las que se encontraban autonomía plena para seleccionar a su equipo y libertad de acción».

¿Leyó bien, general? Usted no está en rebeldía ante el asesinato físico y moral de la Nación.

Usted, tal parece, no evidencia pasión alguna por el Caroní. De mayor importancia, su equipo en Edelca y Corpoelec aparenta ser de una discreta calidad política y profesional, en contraste con el equipo del mayor Alfonzo Ravard.

Gracias al singular equipo profesional del mayor Alfonzo Ravard, justamente, el Sistema Eléctrico Nacional exhibe todavía hoy una robustez que adversa la destrucción socialista. Nadie da más de lo que tiene, general Izquierdo, y su gestión será tan buena como buenos sean los que le rodean.

El Caroní

El Caroní es energía limpia, barata y renovable. Es el Caroní la energía que viabilizó el desarrollo económico de la Nación y sus formidables crecimientos industrial y urbano. Ahora bien, exportadores de petróleo como somos, el Caroní nos significa hoy unos 533 mil barriles/día de combustibles termoeléctricos exportables.

Dicho de otra forma: de no existir el Caroní y de, hipotéticamente, reemplazar hoy por termo-electricidad una generación hidro-eléctrica en el orden de 85 TeraWatios-hora/año, precisaríamos por defecto «quemar» en termo-eléctricas un volumen equivalente de poco más de medio millón de barriles/día entre gas, fuel oil y diesel. El problema, general Izquierdo, no es entonces la alta dependencia del Caroní. Por el contrario, el Caroní contribuye a la renta petrolera.

Así las cosas, los desarrollos hidro-eléctricos del Caroní se autofinanciaron ya desde la entrada en operación de Macagua I en 1961, Guri I en 1968, Guri II en 1986, Macaguas II y III en 1995, Caruachi en 2003. Tal vez le sorprendería descubrir, general, que en los archivos de Edelca de los años 60s y 70s ya hubo una cuidadosa y dominante planificación nacional -léase bien: planificación nacional enraizada en los desarrollos del Bajo Caroní, el cuarto y último de los cuales es Tocoma (¿2014?).

Si algún sector se obliga a su planificación a 30 años es el eléctrico. La planificación del Caroní ha sido y es, por excelencia, arquetipo de planificación eléctrica y económica a escala de Nación. Pero, ¿cuál es entonces el problema?, general Izquierdo. El problema, a mi juicio, radica en la transición de hidro a termo-generación en un horizonte a futuro de 30 años.

Se trata hoy, en esencia, de la planificación eléctrica nacional al 2040 con base en combustibles termo-eléctricos y aun admitiendo que los desarrollos en el Alto CaroníParagua se iniciaran tempranamente en la segunda mitad de tal horizonte (Tayucay, 1.800 MW; Aripichi, 2.800 MW; Eutobarima, 2.700 MW; Auraima, 2.700 MW).

Las Termo-Eléctricas

Destilados medios y residuales son productos de refinería, transmutables en electricidad. No obstante, el quid del barril de petróleo son las gasolinas. Ocurre, no obstante, que los mercados mundiales de las gasolinas están siendo reemplazados y/o substituidos por electricidad (¿leyó bien?), metanol y etanol, líquidos del carbón y del gas. A diferencia de las gasolinas, la electricidad no avizora tecnología alguna que la reemplace.

La electricidad es un bien multiinsumos: ella puede ser fabricada a partir de fuentes nuclear, solar y eólica, hidro-eléctrica, carbón, gas y los convencionales diesel y fueloil. Ahora bien, está en gestación un Nuevo Orden Mundial para arbitrar la energía dominante del siglo XXI, que ya no serán las gasolinas del petróleo y, por ende, no será OPEP quien la arbitre. Todo ello, general, configura el contexto global en el cual inscribir nuestra crisis eléctrica, un asunto nada trivial que dista mucho de despacharse por gracia de generación distribuida con planticas diesel aquí y acullá, o con bombillos «ahorradores».

Gas Natural

Tal vez llamado a reemplazar el petróleo como energía dominante del futuro, el gas natural es un bien multi-productos. Amén de contribuir energía doméstica, comercial e industrial, el gas natural es materia prima para petroquímica, refinación y generación termo-eléctrica, su destino menos noble. Bien conocido es que un 90% de las actuales reservas probadas de gas natural en Venezuela (4.4 millones de millones de metros cúbicos) son de la clase gas asociado ­es decir: producción de gas engranada a la producción de petróleo­ y, en consecuencia, su disponibilidad conlleva incertidumbre.

En breve, un 90% de las reservas probadas de gas no son volúmenes ciertos para la planificación a futuro de la Industria Eléctrica como pudieran serlo, por ejemplo, las reservas posibles en el Delta, Paria y Falcón, por demás ya comprometidas ab initio con los socios mixtos (por cierto, ¿quedaría en Madrid la mayoría accionaria de Pdvsa ante Repsol-ENI?).

Ahora bien, cuando entra en operación una central termo-eléctrica de, digamos, 1.000 MW a gas, ha entonces de marcarse ad hoc reservas de gas en el orden de, grosso modo, 55 mil millones de metros cúbicos de gas en un horizonte a 30 años. Así las cosas, ocho (8) centrales termo-eléctricas de 1.000 MW cada una quemarían las enteras reservas probadas de gas libre hoy cuantificadas en Venezuela (10% de 4.4 billones de metros cúbicos).

Dicho de otra forma: indeseable por demás sería que Venezuela importase gas para sus futuras termo-eléctricas. ¿Indeseable?… importamos hoy de la hermana Colombia un volumen de gas tres veces mayor que el volumen contratado hace cuatro años (y que alimenta las termo-eléctricas del Zulia), contrato recién prorrogado por un año en estos tiempos de bases de paz. Explíquele entonces al Gran Timonel, general, que su Gasoducto al Sur es un hilarante delirio apenas correspondido por un muito obrigado del hermano Lula y un fallido negociado de la parejita Kirchner.

De interesarle este tema de la planificación de la Industria nacional del Gas (en un estadio no mejor que el de la planificación de la Industria Eléctrica), sírvase conversar con los ingenieros de gas Nelson Hernández y Diego González. En síntesis, urge unificar la planificación de las industrias eléctrica, petrolera y de gas.

Rangel Gómez

La militarización post-2003 de la Industria Eléctrica y, por igual, de las industrias petrolera y del gas, devino en desprofesionalización y descapitalización de conocimientos. Dicho de otro modo: el conocimiento y el oficio fueron decapitados. ¿No le parece general que tal vez ello sea el problema?

Dice Sun Tzu (Arte de la Guerra): El supremo refinamiento en el arte de la guerra es emprenderla contra los planes del enemigo. Si bien entendida la Venezuela Socialista XXI, nos ocurre que el militarismo irresponsable pretende derrotarnos a los venezolanos, sus enemigos, cuando quiera que nos ha privado de planes a futuro, salvo que por planificación se entendiera el camino a La Habana bajo el guión KGB de Putin.

Mientras tanto, el planificador mayor Giordani fabula un más allá del Capital (salve, Istvan). Nosotros, en oposición, nos ocupamos de dimensionar el legado post-socialismo XXI. Ahora bien, en esto de guiarse por Sun Tzu y su Arte no se trata sólo de un ejército de ocupación para sojuzgarnos, se trata también del general Rangel Gómez, exponente del abundante generalato tóxico sembrado por el Gran Timonel en las políticas públicas.

Divisionario y revolucionario, el general Rangel Gómez es un hito aberrante (2001-2008) en la conducción del Caroní y de la CVG. Ubicado en la retaguardia de su promoción 1975 (posición 53 de 75), el general Rangel Gómez tuvo una gloriosa actuación en la batalla de San Félix durante los turbulentos días del 11A 2002 (se declara a disposición del nuevo gobierno) y del 13A (se adhiere al gobierno recién derrocado). Es entonces ratificado presidente de CVG.

Y preguntaría usted, general Izquierdo: ¿qué tiene que ver mi mentor con la crisis eléctrica? Respuesta: nada, nada tiene que ver, salvo que el capital de CVG-Edelca asignado a despilfarro y corrupción nada tenga que ver con una turbia apropiación del Banco Guayana, de los hoteles EuroBuilding y Santa Elena de Uairén, de comercios y casinos en Ciudad Guayana.

Re-preguntaría usted, general: pero no sólo nosotros, una cierta clase militar, somos los responsables de la crisis eléctrica… ¿y los civiles? ciertamente los hay, general, están cerca de usted, son los jacintos y anamarías, son los pereiras y acostapérez.

Segunda Parte:
Víctor J. Poleo Uzcátegui / Tal Cual (Venezuela) – 23/09/09

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.