Corpoelec agrava la crisis (y II)

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La empresa estatal es apenas un malogrado arreglo organizacional que empeora la metástasis del sector y que fallidamente ya se intentó en 1981 (Holding) y en 1991 (Casa Matriz)


 

Víctor J. Poleo Uzcátegui / Tal Cual (Venezuela) – 23/09/08

Cierto que crisis eléctrica hubo en la década de los años 90’s. Mediatizado como infalible, el paradigma privatizador de los servicios públicos fertilizó en Venezuela un pacto de intereses entre el Gobierno-Nación y el Capital globalizante. Excepto en los desarrollos hidroeléctricos del río Caroní, fue entonces vetado invertir en Cadafe y en el resto de las empresas eléctricas estatales.

En el período 1991-1999, las inversiones en distribución eléctrica por Cadafe fueron de unos 260 millones de dólares, mientras que en distribución lo fueron de otro tanto. En su conjunto-Nación, tales inversiones apenas satisfarían un 10% de las necesarias en aquella década. Cadafe ya estaba inmersa en una histórica crisis estructural que afecta el 70% del servicio eléctrico nacional.

Previsiblemente, el agredido usuario eléctrico debió tolerar, y aún admitir, que el Estado es ineficiente. Y peor aún: el usuario fue excluido del debate privatizador (en realidad, lo fue siempre de todo debate) y fue así porque hubo entonces la intención de expoliar sus legítimos intereses por el Gobierno-Nación en beneficio de la clase política reinante y de los capitales energéticos globales.

El 28 de diciembre de 1998 detuvimos el incipiente proceso privatizador de las empresas eléctricas estatales y ello fue razonado ante el directorio del Fondo de Inversiones de Venezuela (propietario de conveniencia), entonces presidido por Luis Alvaray, notable ingeniero-planificador fallecido en 2005.

Muy a tiempo, Venezuela declinó experimentar el vía crucis de un servicio eléctrico enfermizamente privatizado y que, en su versión extrema, pudo serlo a la manera del terrible ensayo ocurrido en la Argentina. En contravía de la crisis eléctrica de fin del siglo XX, formulamos la Ley Eléctrica de 1999, la primera ley del sector en 110 años.

El desenlace de los hechos del 2002, sin embargo, dio lugar a un quiebre en la historia de la República y es así como Pdvsa devino en un Estado paralelo, epicentro del envilecimiento de la Nación y, en particular, de la clase militar.

Mediatizado como de plena soberanía, el paradigma revolucionario post-2003 preconiza un Gobierno estatizante del servicio y de la industria eléctricas, razonando equívocamente que si la electricidad es asunto de Estado (cierto), es obligante que todas las tuercas y tornillos de la Industria Eléctrica pertenezcan al Gobierno (falso).

Crisis en el siglo XXI

En economías saturadas eléctricamente la demanda eléctrica crece a tasas inter-anuales muy discretas. En economías no saturadas eléctricamente la demanda eléctrica puede más que duplicar cada 25 años, tal es el caso de Venezuela. Así las cosas, las inversiones en la industria eléctrica venezolana no pueden menos que duplicar cada quince años, en sincronizada anticipación a los tiempos de puesta en operación de centrales, de líneas y sub-estaciones, de redes de distribución.

De lo contrario, general Izquierdo, su Venezuela socialista (¿lo es usted?) no tardará en igualarnos a Haití o a Cuba la bella. Le pregunto: ¿y qué decir de las finanzas de Edelca, joya de la corona? En un informe interno de marzo 2009, las carencias de capital financiero y operativo de Edelca no pueden menos que alarmar(nos) y, por extensión, indicarnos que el entero Sector Eléctrico está en quiebra.

En efecto, al 31 de diciembre de 2008 las cuentas por cobrar de Edelca fueron de Bs F. 5,4 mil millones (ca. 2,5 mil millones de dólares), un 87% de lo cual son deudas de sus clientes las empresas eléctricas todas gobiernizadas (un 60% con origen en Cadafe) y el resto son deudas de sus clientes las hermanitas del Acero y del Aluminio, también gobiernizadas. De continuar las cosas como están, al 31 de diciembre 2009 las cuentas por cobrar de Edelca ascenderían a BsF. 8,6 mil millones (¡4 mil millones de dólares!).

Escribiendo estas notas, nos explica usted, general Izquierdo (a M. León, EU 11/11/09, p. 1-12) que (¿las FANB?) activarán planes de respuesta rápida de generación (sic) y de atención especial para reducir la demanda eléctrica (¿?).

Sugiere usted, al desgaire, que el foco del asunto pudiera estar en aumentar las tarifas eléctricas, congeladas desde 2003.

Interesante conocer cómo los capitanes notariados de la Economía socialista han de honrar su deuda social revolucionaria, fruto de una asignación irracional de la renta petrolera, valga decir: inflación, pobreza, desempleo, deudas interna e internacional, fuga de capitales y descoyuntamiento de la capacidad productiva endógena.

Ante una renta petrolera declinante e insuficiente, el para-Estado Pdvsa ya es inútil si se engatillaran conmociones sociales represadas por gracia de aumentar tarifas eléctricas y precios de la gasolina, amén de escalar la paridad dual del BsF./$, y todo ello en diciembre 2009, a lo sumo.

La represión como recurso no tiene destino. Así las cosas, general, no tolere que lo carajeen el Gran Timonel y su personalísimo oficinista bancario Ramírez: esta crisis eléctrica no es del todo suya, primero fue de ellos. En fin, se preguntará usted, general Izquierdo: ¿y cómo desanudar entonces los nudos estructurales de la crisis eléctrica? Descomponga el problema en sub-problemas.

Cadafe

Durante 2001-2005 la capacidad efectiva de generación por Cadafe fue, en promedio, de 1.215 MW, es decir: un 33% de su capacidad acreditada (3.721 MW) ante el Sistema Interconectado Nacional (SIN). Cadafe pierde 40% de su electricidad (energía no facturada) por robos en Baja Tensión, lo cual, en términos físicos y financieros, se traduce en unos 15 TeraWatioshora/año, tanto como 1.5 veces la generación promedio de Caruachi (2.200 MW) y cuya inversión se ubica en US$ 2.500 millones.

Durante 2001-2005 ocurrieron 316 interrupciones mayores de 100 MW en el SIN y de ellos Cadafe contribuyó 251 eventos (80%). Durante 2001-2005 Cadafe administró 643 millones de dólares en 223 proyectos de transmisión (líneas y sub-estaciones) y, sin embargo, los proyectos finalmente ejecutados por Cadafe se corresponden con apenas 155 millones de dólares, es decir: un 24%.

Llegado a este punto, es mi conjetura que 3 de cada 4 dólares asignados a inversiones en Cadafe tuvieron otro destino. Tal vez usted, general Izquierdo, quiera (y pueda) validar esta conjetura: ordene un inventario de las asignaciones presupuestarias (ordinarias y extraordinarias) asociadas a resolver las crisis eléctricas heredada y actual. Así, por ejemplo, es desiderátum cuantificar el número de plantascentros y uribantescaparos que hubieran podido construirse con las ingentes y recurrentes asignaciones de recursos ad hoc.

A tal efecto, pueda ser de su interés conocer que en junio 2005 la Sub-Comisión especial de la Comisión Permanente de Finanzas de la Asamblea Nacional se ocupó de diagnosticar la gestión Cadafe y concluir lo siguiente: (1) Establecer la responsabilidad política del ingeniero Nervis Villalobos, presidente de Cadafe, y de todos los integrantes de la Junta Directiva; (2) La Junta Directiva y la gerencia de la empresa Cadafe es responsable de las cuantiosas pérdidas económicas y financieras citadas en este informe final y así se decide; (3) Exhortar al Poder Ejecutivo nacional a la intervención de Cadafe y de sus filiales e investigar penalmente a las gerencias intermedias: Comercialización, Distribución, Facturación y Cobranzas.

Si crisis eléctrica es crisis política, tengo para mí que la actual crisis eléctrica es una coartada inducida desde 2003 por una agavillada clase política y en presencia de una creciente renta petrolera, fuente de corrupción y no sólo en el Sector Eléctrico. Más explícitamente: la revolución parió su nueva clase (re. Milovan Djilas).

Ley Eléctrica de 1999

El usuario eléctrico es la razón de ser del servicio eléctrico. Se aduce que el servicio eléctrico es asunto de Estado (cierto), así que el debate se centra en cuál es el asunto de Estado. Veamos.

Si se trata de dominar y arbitrar el sistema de precios de la energía y de las tarifas eléctricas, al Estado venezolano le es suficiente, a mi juicio, con detentar la propiedad del Caroní (70% de la oferta), la propiedad de los combustibles termo-eléctricos y la propiedad de las líneas de transmisión a muy alto voltaje, columna vertebral de la ecuación Oferta=Demanda.

Y tal era el status-quo antes de la «gobiernización» de la Industria Eléctrica en 2006 cuando, una vez más, el Gobierno devino en el-Estado-soy-yo. Ahora bien, el-Estadosoy-yo invoca razones estratégicas para expropiar las empresas privadas eléctricas y, por igual, las empresas de servicios petroleros en la Costa Oriental del Lago.

Las tales razones estratégicas son dos y ejecutadas manu militari, según sigue: (a) liquidar enclaves de la Sociedad que no son lumpen [1]; (b) liquidar a la clase trabajadora no sumisa. En este preciso punto, valga decirle a los buenos amigos José Bodas y Ángel Navas, conductores de las clases trabajadoras petrolera y eléctrica, respectivamente, que no hay espacio político para sus reivindicaciones ni futuro alguno para sus luchas, salvo que se ubiquen en adversar a este Gobierno fascistoide.

En consecuencia, general Izquierdo, Corpoelec no es solución a la crisis eléctrica, es apenas un malogrado arreglo organizacional que agrava la metástasis del Sector Eléctrico y que fallidamente ya se intentó en 1981 (holding eléctrico) y en 1991 (Casa Matriz).

La Ley Eléctrica de 1999, debatida intensa y extensamente con los actores del Sector, conlleva una solución estructural a la crisis eléctrica, no otra que liquidar a Cadafe, arquetipo de concentración de poder ineficiente. Así entonces, se crea una Empresa Nacional de Transmisión con los activos de Edelca y Cadafe en voltajes a 230 kV, 400 kV y 800 kV.

Las centrales termoeléctricas de Cadafe se subastan a capitales nacionales eficientes. La distribución eléctrica se entrega a sus trabajadores y usuarios, sus auto-reguladores naturales. No hay aquí espacio para mayor discusión y debate, pero es obligante indicar que el Estado se reserva la asignación óptima de los recursos hidro y termo.

Llegado a este punto, valga recordar que en 2003 un cierto J. L. Pacheco ­delator en los años 60’s y farinelli devenido en jerarquía sin autoridad­, puso en riesgo de agotamiento el embalse de Guri. De nuevo, la crisis eléctrica también lo es ética, en estos tiempos de triquiñuelas y empirismos que corroen el entero universo de las políticas públicas.

Orimulsión

En el banco norte del Orinoco, Natura nos gratificó con un inusual yacimiento de energía, el campo Faja del Orinoco, y en el cual podemos fabricar gasolinas a partir de crudos mejorados y/o podemos fabricar electricidad a partir de un novel combustible venezolano (1983) ­Orimulsión­, un combustible termo-eléctrico que no precisa de refinerías.

Por harto conocido, es el caso reivindicar aquí un combustible termo-eléctrico todo venezolano y solo venezolano cual es Orimulsion, combustible asesinado en 2003 por el par de infelices «Doktor Mommer» y Alí Rodríguez (trepador a la presidencia de Pdvsa en junio 2003). Luego de una cuidadosa penetración de los mercados de la generación eléctrica mundial durante la década de los 90, Bitor (Bitúmenes del Orinoco, filial de Pdvsa) ocupó espacios en cerca de 3.500 MW de capacidad instalada en una decena de países.

Y usted, general Izquierdo, se preguntaría, al igual que nos preguntamos todos, ¿y por qué asesinaron la Orimulsión? Le explico en breve. No hay razones OPEP, ni económicas, ni científico-tecnológicas, ni de ingeniería, ni de ambiente. Es mi conjetura, y así lo afirmo, que los intereses de los capitales globales del carbón y del gas bien valen un soborno. Veamos.

A juzgar por las proyecciones de los mercados mundiales de la energía, en 20 años la demanda mundial de electricidad habrá más que duplicado: de 15 mil TeraWatios-hora/año (2005) a 25 mil (2025). Ahora bien, si hipotéticamente se transmutaran en electricidad las enteras reservas probadas del Orinoco (230 mil millones de barriles extra-pesados y bitúmenes), ello significaría un intruso volumen de oferta igual a la mitad de la demanda mundial de combustibles termoeléctricos en el período antes indicado.

Dicho de otra forma: Orimulsión es un formidable competidor del carbón y del gas, ofertantes de un 60% de la actual demanda mundial de combustibles para la generación termo-eléctrica. La revolución rendida ante el Capital.

Pd. Felicitaciones, general Izquierdo. Hemos recién conocido de su ascenso a general de división.

Primera Parte:
Víctor J. Poleo Uzcátegui / Tal Cual (Venezuela) – 22/09/09

Nota: 

[1] V. I. Lenin. Diría Lenin (Moscú, 1920): Con lumpen político y sin electricidad no se construye el socialismo. No otro mayor repudio a las chapucerías del Socialismo XXI ni mejor elogio para la electricidad.

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