
Las sanciones teóricamente tienen algunos efectos indeseables. Sin embargo, el G25 no toma en cuenta que la mayoría son burladas por el régimen
Eddie A. Ramírez S. / RunRun.es (Venezuela) – 19/04/2022
Sobre el tapete está la carta enviada al presidente Biden por el G25, grupo de conocidos venezolanos que, con todo respeto, pareciera que se reunieron para redactarla jugando al cadáver exquisito. Este juego lo pusieron de moda los surrealistas franceses, al compás de los años 20 del siglo pasado. Cada uno redactaba un párrafo, dejando solo descubierto la última palabra que pasaba al siguiente jugador. En una oportunidad, los ilustres escritores obtuvieron como resultado la frase “El cadáver exquisito beberá buen vino”, que quedó como nombre para escribir poesía en conjunto. De allí, las diferentes interpretaciones de la polémica carta.
Unos consideran que no debió ser enviada. Algo así como la carta a Eufemia, que popularizó Pedro Infante, por aquello de “Cuando recibas esta carta sin razón, Eufemia…”. Otros la comparan con la carta a los Efesios, atribuida a San Pablo, que entre otros consejos dice que “La esposa se someta a su marido, como al Señor. Esclavo obedece a tu patrón…”. No falta quien le encuentre semejanza con la Carta de las Naciones Unidas; es decir, bien intencionada, pero muchos no la toman en cuenta.
La carta adolece de un análisis sobre el efecto de las sanciones. ¿Cómo afectan? Los signatarios sostienen que “Si bien las sanciones no son la raíz de la emergencia humanitaria de Venezuela, las condiciones empeoraron gravemente para el venezolano promedio”. Sin embargo, los proponentes no aportan data. Al reconocer que las sanciones no son la raíz del empobrecimiento, el eliminarlas no resolvería el problema. ¿Acaso consideran que la solución a la grave situación que aqueja a la población se solucionaría con paños tibios?
Las sanciones tienen como objetivo presionar para lograr elecciones transparentes. Además, conllevan un castigo moral.
Eliminar las sanciones sería darle la razón a un régimen que tuvo inmensos ingresos y que, por corrupción, ineptitud, resentimiento y mala intención, descuidó el mantenimiento de la infraestructura, no invirtió en otras que eran necesarias y que se apropió indebidamente de empresas agropecuarias e industriales y a todas las quebró. Además, destruyó las empresas estatales del hierro, del aluminio, Pdvsa, el Metro, y las que suministran la electricidad y el agua.
Desde luego que las sanciones teóricamente tienen algunos efectos indeseables. Sin embargo, el G25 no toma en cuenta que la mayoría son burladas por el régimen. En el caso de la industria petrolera, esta exporta sin limitaciones lo poco que produce a China e India, que por cierto desde hace años el régimen escogió como su mercado preferido, por razones geopolíticas y no económicas. Gradualmente, fue abandonando nuestro mercado natural que es Estados Unidos. En los dos últimos años, antes de las sanciones, solo exportaba a ese país un promedio de 220.000 barriles de petróleo por día. Importa libremente combustibles y diluyentes desde Irán. Adquiere maquinarias, equipos y repuestos de Rusia, Turquía, Irán y de la Unión Europea. Las transacciones financieras en dólares se le dificultan al régimen, pero logra sortearlas usando el yuan, rublo y criptomonedas. La importación, desde Estados Unidos y de otros países, de medicinas y alimento no está prohibida.
El siguiente párrafo de la carta puso la guinda: “Hacemos un llamado al gobierno de los EE. UU. para que negocie por el mejor interés del pueblo venezolano y supere las presiones políticas internas, que lamentablemente han obstaculizado el proceso”. Cabe preguntar cuáles presiones internas. ¿Acaso no fue el régimen quien suspendió las conversaciones en México y se ha negado a reanudarlas? En qué entorpeció Estados Unidos, ¿extraditando a Saab, por decisión judicial?
Por otra parte, el G25 escribe “Hemos instado a Nicolás Maduro a aceptar reformas políticas y electorales significativas y continuar con la liberación de presos políticos. El gobierno debe reconocer que los acuerdos no pueden limitarse al ámbito económico”. Sin duda es a lo que todos aspiramos.
No tendría sentido suspender las sanciones sin que el régimen acepte lo que la Constitución nos otorga.
Agrega que “A la oposición venezolana le hemos planteado la necesidad de unificarse en torno a principios básicos y realistas que sustenten posibles acuerdos. Hemos alentado a la oposición a no ser rehén de posiciones extremas que solo prolongan el doloroso statu quo”. Lo de la unidad es obvio. Falta que los proponentes aclaren qué consideran posiciones extremas.
La carta de Antonio Ledezma señala las causas de la emergencia humanitaria. Apoyamos su petición, aunque hubiésemos preferido que fuese en conjunto con la posición del gobierno de Guaidó. Desconocemos si Ledezma realizó gestiones en este sentido, o si el gobierno interino sigue en hibernación. El artículo de Gustavo Coronel fustiga con razón al G25. Los tuits de Liliana Fasciani son de lectura obligatoria. Ojalá el G25 reflexione sobre el rechazo que ha tenido su carta, pero sobre todo de lo extemporáneo de su posición.
Hay que reconocer que las sanciones no han logrado que el régimen acepte realizar elecciones transparentes, ni que libere a los 220 presos políticos. Cabe preguntar si es porque el régimen ha podido burlarlas o porque no han sido suficientemente severas. Pensamos que por las dos causas. También por despelote de la oposición.
Como (había en botica)
- Hoy, 19 de abril, recordemos que Venezuela no acepta sumisión.
- Mucho dolor produce el caso de la ingeniera de Pdvsa que en horas nocturnas fue encontrada lavando su ropa en un edificio de oficinas de la empresa en Anaco. Al ser sorprendida por los vigilantes declaró “Duermo en la oficina porque no tengo para pagar una habitación. Tengo una hijita de cinco años y mi esposo tuvo un ACV, no tiene empleo y vive en otra localidad en vivienda prestada”. Este es un lamentable caso de cómo sobreviven los trabajadores de la Pdvsa roja. Antes, el personal devengaba un sueldo dentro del 75 percentil de las mejores empresas venezolanas, tenía acceso a un préstamo para adquirir vivienda y un buen seguro médico.
- ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
Lista de ciudadanos firmantes de la carta pública dirigida al presidente de los EEUU Sr. Joe Biden Sr. Joe Biden Nos dirigimos a usted, con respeto y consideración, en esta circunstancia en la que estimamos como imperiosa obligación, hacer pública nuestra preocupación sobre los riesgos de que, instituciones de EEUU terminen apañando a uno de los regímenes más criminales que ha conocido la historia de la humanidad, “LA TIRANÍA VENEZOLANA”, enquistada desde hace 23 años en el hemisferio occidental, en connivencia con el eje ruso, cubano, iraní y coludido con cárteles de drogas y grupos narcoguerrilleos. Necesidades coyunturales de determinados factores pretenden convertir a las instituciones de EEUU en encubridores del asesinato a sangre fría de cientos de ciudadanos, quienes salieron a las calles únicamente a pedir libertad y, reclamar el presidio sin juicio de más de 300 venezolanos. No permita que el país paladín de los DDHH en el planeta se convierta en cómplice de estos crímenes, ya que no habrá narrativa eficaz ni suficiente propaganda pagada que sea capaz de ocultar esta realidad. Lejos de ceder ante la presión, le animamos a no sucumbir ante la misma. Las desgracias que se viven en Venezuela son previas a las sanciones impuestas, por lo que, relajar la presión sobre la tiranía lo único que garantiza es la perpetuación de la misma junto con quienes durante años, han fingido oponerse, quienes se conformarán con las migajas que los tiranos ofrezcan para su sobrevivencia política. Las sanciones son un mecanismo hoy más pertinente y vigente en el mundo, si no, veamos como se unen los más disímiles gobiernos e instituciones para sancionar severamente el genocidio acometido por Vladimir Putin en contra del pueblo ucraniano, y como gracias a esas sanciones aplicadas al régimen madurista se limitó su capacidad de financiamiento, impidiendo ejecutar sus planes expansionistas. Ya no somos un Estado de Derecho, sino un narco estado, por lo tanto fallido y forajido a la vez. La crisis es porque no hay seguridad jurídica, no hay separación de poderes, pero sí una descarada impunidad que le garantiza a las mafias que roban, trafican y asesinan seguir cometiendo desafueros. La «sanción» urgente a levantar al pueblo venezolano, es la que representan Maduro y sus socios detentando el poder. En Venezuela, a diferencia de lo que ocurre en EEUU, en donde todos están sometidos al imperio de la ley, al igual que en naciones que sostienen regímenes monárquicos, en donde el verdadero rey es la ley, nosotros no dependemos de las leyes, ni del Estado de Derecho, sino del estado de ánimo caprichoso de los tiranos Hugo Chávez y ahora Nicolás Maduro. ¿Qué tienen que ver sanciones con la crisis petrolera? No olvidemos que fue Chávez el que inició la destrucción de PDVSA, que antes llegó a ser una de las trasnacionales más prestigiosas del mundo. Despidió a más de 22 mil trabajadores y técnicos de la misma, desbarató la Marina Mercante, liquidó nuestras refinerías dentro del país y las que poseíamos en Suecia, Inglaterra, Alemania, Dominicana y Cuba. Ha regalado cuantiosos cargamentos de crudo a sus socios del Foro de Sao Paulo. Por eso no hay suficiente gasolina. ¿Que por las sanciones no se permiten importar alimentos y medicinas? Otra gran mentira. A los productores y empresarios que resisten los someten a un ambiente pleno de incertidumbres, son víctimas de esa competencia traicionera que facilita el régimen convirtiendo al país en un puerto libre o zona franca, sin que medien políticas comerciales y fiscales definidas. La verdad es que Chávez impuso, arbitrariamente, en el año 2000, una Ley de Tierras que dió lugar a todo tipo de asaltos y expropiaciones de complejos agropecuarios, invadieron millones de hectáreas, de complejos lácteos, mataderos, avícolas, porcinos y empresas de servicios eficiente como Agroisleña. La verdad es que nunca han estado prohibidas las importaciones de alimentos ni de medicinas. La verdad es que con las políticas anacrónicas de control de precios y control de cambio liquidaron el aparato productivo del país, la caída del PIB ha sido brutal, equivalente a más de 75%, la actual inflación supera el 600%, el salario sigue siendo paupérrimo, la pobreza arropa a más del 94% de la población, mientras que más de 7 millones de venezolanos hoy son desterrados por los efectos de la tragedia humanitaria compleja que persiste, no por las sanciones, sino por los robos de los dineros destinados a mejorar el sistema eléctrico, los hospitales, los acueductos, las vías de comunicación, las escuelas y universidades. En instituciones serias de EEUU se procesan a estafadores que se enriquecieron con importaciones de alimentos, operaciones realizadas con sobrefacturaciones y sobreprecios, además de que eran bienes, en muchos casos descompuestos. El robo ha sido descomunal, se asegura que supera los 600 mil millones de dólares. Nosotros, con mucha seriedad, solicitamos que: 1. Se mantengan y profundicen las sanciones personalizadas contra los depredadores de los bienes públicos y contra los responsables de crímenes de lesa humanidad en Venezuela, más ahora cuando la Unión Europea con ustedes las impulsan contra la masacre que ejecuta Vladimir Putin al pueblo ucraniano. Esperando la mayor atención a estos planteamientos, nos despedimos de Ud., 1. Antonio Ledezma ex Alcalde Metropolitano Caracas |
- eddiearamirez@hotmail.com