La debacle petrolera se potencia con unas refinerías que funcionan a medias

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Lo cierto es que si en este momento se decidiera reactivar toda la industria petrolera, se requerirán entre 250.000 millones y 300.000 millones de dólares para alcanzar nuevamente una producción de entre 2 millones 500 mil a 3 millones de barriles diarios.

Venezuela cuenta con una importante infraestructura petrolera que se ha venido a menos. Las pruebas del deterioro de las refinerías del país se evidencian en la caída de la producción en más de 60% y en la escasez de gasoil, gasolina y gas doméstico


 

Ahiana Figueroa y Blanca Sánchez / Tal Cual (Venezuela) – 20/02/2020

La escasez de gasolina se hizo presente en todo el país. Llegó hasta Caracas, la cual había estado «blindada» pues el chavismo se cuidó mucho de que la capital de Venezuela sufriera los problemas de los servicios públicos. El desabastecimiento de combustible y de gas es la muestra palpable de los problemas operativos de Pdvsa, principalmente por la poca capacidad de producción de las refinerías locales.

El Complejo Refinador de Paraguaná (conformada por Amuay, Cardón y Bajo Grande), el Complejo Petroquímico de Jose, la Refinería El Palito y la Refinería San Roque están operando a menos de un tercio de su capacidad instalada, mientras que Venezuela ha importado cada vez más productos para cubrir el mercado local.

La situación de las seis refinerías de Petróleos de Venezuela es bastante grave, afirmó Rafael Quiróz, economista y experto petrolero. Indicó que tienen en su totalidad capacidad para procesar 1 millón 300 mil barriles de petróleo diariamente. Pero en estos momentos, apenas pueden refinar un tercio de ese total. En este porcentaje figuran aceite para motor, grasa, gasoil, gasolina y fuel oil, porque apenas se están procesando 205 mil barriles diarios (bd) de petróleo. Es por ello que hay que recurrir a la importación de combustible para atender la demanda nacional.

Pdvsa ha regresado «al nivel de producción de hace 75 años», afirmó Quiróz a El Impulso. En junio de 2018, la administración de Nicolás Maduro dijo que implementaría un plan para aumentar la producción de crudo en 1 millón, pero desde esa fecha hasta ahora las cifras no han podido superar los 950 mil bd.

La falta de mantenimiento, la caída de las inversiones, la renuncia de personal capacitado, la migración, las irregularidades de los contratos suscritos con otras naciones y empresas de servicios y la corrupción son los factores que han contribuido al deterioro de la infraestructura petrolera nacional, que ha empeorado por las sanciones de Estados Unidos a Pdvsa.

Las fallas de refinación de la empresa dispararon las importaciones venezolanas. Durante 2018, Pdvsa compró en el exterior 253.000 bd de petróleo, nafta, gasolina y diésel, lo que representa un máximo histórico y un incremento de 40% en comparación con los 180.250 bd adquiridos en 2017, según cifras internas de la estatal obtenidas por Reuters. Tras las sanciones, las compras externas continuaron pero a menor medida.

Paraguaná: maravilla mundial en proceso de extinción

El Complejo Refinador de Paraguaná ubicado en Falcón llegó a ser la instalación de su tipo más grande del mundo, luego que el 1° de agosto de 1997 se fusionaran las refinerías de Cardón y Amuay para conformar el centro refinador más importante del planeta en cuanto a tamaño y tecnología.

Con una capacidad de procesamiento de 940 mil barriles al día, el CRP fue tomado como referencia internacional, no solo por la importante infraestructura, sino por los altos estándares de calidad que existían al momento  de despachar el producto.

Complejo Refinador de Paraguaná.

En 1998 surge un cambio político en Venezuela. Las elecciones presidenciales son ganadas por Hugo Chávez Frías. En 1999 toma posesión de la presidencia de la República e inicia una serie de cambios enmarcados en el modelo socialista.

Para el secretario de Profesionales y Técnicos Petroleros de Venezuela y secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros y Gasíferos de Falcón, Iván Freites, quien inició su trayectoria en los años 80 dentro de Pdvsa, la debacle arranca al momento de introducir «políticas nefastas» en los diferentes espacios laborales, con la consigna de acabar con el presunto monopolio que mantenía Estados Unidos sobre la estatal.

20 años después, los resultados están a la vista de todos. Un complejo en evidente abandono, sin inversión, con fallas de mantenimiento de plantas, con escasez de personal especializado y con índices en procesamiento de crudo que a duras penas sobrepasa los 100 mil barriles diarios en las refinerías Amuay y Cardón.

Según las cifras que maneja el vocero sindical, antes del año 2000 se producía en Venezuela un total de 350 mil barriles de gasolina por día, de los cuales 200 mil bd eran para consumo de los venezolanos y a su vez se exportaban 150.000 bd. «Hoy esta exportación está en cero y nos hemos convertido en importadores. Es decir, que ahora para poder cubrir la demanda nacional tenemos que traer de afuera 170 mil barriles de gasolina por día». 

Aunado a esto persiste una situación de saqueo en el CRP, que de acuerdo a las declaraciones de Freites, es promovido por el Gobierno nacional. «Diariamente salen del Complejo Refinador Paraguaná un total de 50 mil barriles de gasolina dirigidos al contrabando, mientras que para Cuba suministran 70 mil barriles de gasolina por día, y otros tantos miles son expendidos ilegalmente a otros países. Lo que quiere decir que; de los 170 mil barriles diarios que se importan, solo dejan 30 mil para consumo de los venezolanos, el resto sale de manera ilegal para beneficio de los grandes funcionarios de gobierno».

Por esta razón, se observa la escasez de combustible en el país, donde actualmente el consumo por día es de 110 mil barriles para el parque automotor venezolano, pero Pdvsa solo aporta 30 mil barriles de gasolina importada, quedando un faltante de 70 mil barriles diarios del combustible.

Lejos de visualizar una salida, las autoridades parecen no tener freno en su plan de desmantelar por completo al coloso petrolero de Paraguaná. Fuentes internas aseguran que el mismo saqueo se extiende hacia el gasoil, producto que también era exportado, pero por las mismas maniobras del socialismo, apenas alcanza una producción de 40 mil barriles para consumo interno que no alcanzan a cubrir la demanda de 80 mil y 100 mil barriles diarios para los venezolanos.

Planta de lubricantes cerró hace ocho años

La descripción de quienes están dentro de los espacios de las refinerías de Amuay y Cardón, dan cuenta de un panorama desolador, con patios llenos de chatarra y con plantas que desde hace años mantienen cerradas sus puertas.

«Desde el 2012 no se produce ni un litro de aceite en el país», así lo refiere el principal vocero del sindicato que agrupa a los trabajadores petroleros y gasíferos de la región, reiterando que uno de los complejos con mayor demanda y mejor tecnología era la que conformaba el área de producción de lubricantes, ubicada en la refinería Cardón, la cual está paralizada hace ocho años.

Las razones de este cierre responden a los intereses de quienes tomaron el control de Pdvsa en el 2003. «Esta gente echó por tierra toda la gestión de producción dentro de la estatal y se dieron cuenta que para ellos era más lucrativo importar que producir, pues con la importación les quedan las divisas, incentivan el contrabando y el bachaqueo», refirió Freites.

Para evitar quedar al descubierto, tumbaron el sistema de control de producción de lubricantes, que permitía la evaluación exacta de los que se producía, tomando en cuenta los costos iniciales y finales del producto.

Caos en destiladoras genera paradas repentinas

El sábado 25 de enero ocurrió una eventualidad que afectó a las tres destiladoras ubicadas dentro del CRP, dos en Amuay y una en Cardón, las cuales presentaron desperfectos en varios equipos que obligó a una parada de planta repentina. El daño fue de tal magnitud que dejó como resultado  la paralización total del complejo refinador. Cinco días después, es decir, el jueves 30 de enero, lograron arrancar la destiladoras número 1 de la refinería Amuay con una capacidad de 65 mil barriles de crudo.

Fuentes especializadas afirman que el resto de las destiladoras encargadas de la primera etapa de refinación de crudo, se encuentran estancadas y por ende la actividad dentro del complejo petrolero en la península está en un nivel crítico que llega al 95% de paralización.

Cardón IV representa pérdidas en gas

Venezuela tiene 3% de las reservas mundiales de gas natural y a nivel continental tiene 73%, sin embargo, en este país muchos hogares no cuentan con gas doméstico.

Con el descubrimiento del campo de gas Perla situado en el bloque Cardón IV, en aguas del Golfo de Venezuela, frente a la península de Paraguaná, se inició uno de los proyectos de mayor envergadura a nivel nacional en materia de hidrocarburos.

El diario El País de España resalta en un reportaje del 2015, que la explotación del pozo arrancó con 150 millones de metros cúbicos de gas al día y que fue avanzando hasta ubicarse en los 450 millones de pies cúbicos por día destinados al consumo local de Venezuela.

Los encargados de la empresa petrolera española Repsol, responsables del hallazgo que denominaron el mayor descubrimiento de gas en la historia de la compañía, vislumbraron que para el 2020 la producción estaría por el orden de los 1.200 millones de pies cúbicos de gas y que mantendría este volumen hasta el 2036.

Los pronósticos se cayeron y entrado el 2020 la producción gasífera sigue en 450 millones de pies cúbicos por día, que tampoco llegan a cubrir la demanda de los venezolanos. Pero además, en 2018 Repsol declaró que el proyecto Cardón IV es una inversión que le ha generado grandes pérdidas por incumplimiento de Pdvsa, que para ese entonces le adeudaba 324 millones de euros por el gas natural que sale del campo Perla IV.

Lo cierto es que en la actualidad solo se cuenta la producción de gas butano de la planta Jose en Anzoátegui, que cubre 10% de la demanda nacional para el llenado de bombonas, implemento que utilizan en casi todos los hogares para poder preparar sus alimentos. Esta mínima producción del gas butano deja por fuera al 90% de los venezolanos, que desde hace varios años viene enfrentando graves problemas con el suministro de este importante servicio público.

Se conoció que desde el Zulia han comenzado a despachar este hidrocarburo hasta la península de Paraguaná, pero la cantidad es efímera frente a la necesidad de las comunidades, por lo que se padece un retraso en el servicio que presta la empresa distribuidora de gas del gobierno –Gasfalca– y por parte de la centro cooperativa Cecofal.

Para Iván Freites, la única solución viable para el total abastecimiento de la población es la inversión en un proyecto de distribución de gas natural por tuberías, pero para ello se requiere de inversionistas privados porque ya el Estado no puede hacerse cargo de ningún plan de recuperación. Insistió en que se necesita la presencia de trasnacionales que ayuden a levantar la empresa petrolera venezolana.

El Palito no da nada

El origen de la refinería El Palito, ubicada en la carretera nacional Morón-Puerto Cabello, estado Carabobo, se remonta al año 1954 cuando comenzó a ser construida por la trasnacional Socony-Vacuum Oil (actual ExxonMobil). Seis años después, el 23 de junio de 1960, la planta inició operaciones con una capacidad de procesamiento de 55.000 bd, de acuerdo con la web oficial de Pdvsa. No obstante, fue incrementando su capacidad hasta alcanzar 150 mil bd, pero ha mostrado una fuerte caída en la producción hasta llegar a mínimos de 45 mil bd.

Refinería El Palito.

La importancia de esta refinería se traduce en que cuenta con una Unidad de Craqueo Catalítico Fluidizado (FCC sus siglas en inglés), donde se produce la gasolina que de distribuye a 10 estados, lo que equivale a 45,8% del territorio nacional.

Desde que el general Manuel Quevedo asumió la presidencia de Pdvsa en 2017, cada año visita esta refinería para verificar su estado y para acordar planes para su recuperación y mejora. Los resultados saltan a la vista, ya que solo logra refinar 20% de la gasolina que debería procesar.

Fuentes del sector afirman que las áreas de la refinería como crudo, vacío, oxigenado y azufre, entre otras, están totalmente paralizadas, porque han descuidado el mantenimiento. «Hoy esas áreas están inoperativas y los trabajadores me han comunicado que se ve el gran deterioro, da lástima, porque la industria petrolera siempre ha sido la punta de la columna vertebral de la economía en Venezuela», indicó el exsecretario general del Sindicato Petrolero del estado Carabobo, Diego Espinoza, en rueda de prensa.

Recalcó que la refinería operaba anteriormente de manera eficiente con 1.200 trabajadores, sin embargo, con la llegada del «gobierno revolucionario» incorporaron cerca de 5.000, pero el número ha disminuido hasta llegar a 1.800 personas en nómina. «Hoy ni siquiera le dan almuerzo, a las 12 del mediodía los mandan para sus casas. Muchos trabajadores se han visto obligados a realizar paros escalonados frente a la refinería para exigir mejores salarios y beneficios».

Jose: posible colapso

El 14 de agosto de 1990, cuando se inauguró el Complejo Petroquímico Industrial General de División José Antonio Anzoátegui, también conocido como el Complejo de Jose, se informó que las cinco plantas mejoradoras que allí funcionarían (operadas por empresas trasnacionales llegadas al país con la apertura petrolera) tendrían la capacidad de procesar 935 mil barriles de crudo.

Hoy, casi 30 años después, la realidad es diferente. Las instalaciones ubicadas en la zona oeste del estado Anzoátegui, a unos 35 minutos de la ciudad de Barcelona, pasaron a ser manejas por empresas mixtas con participación mayoritaria de Pdvsa y la capacidad de refinación es prácticamente nula, pues sumando todas  las plantas, a duras penas se ubica en 210 mil barriles diarios.

Complejo Petroquímico Industrial General de División José Antonio Anzoátegui.

Eudis Girot, secretario ejecutivo de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), dijo que la destrucción de la industria petrolera se ha ido acelerando con el paso de los años, al extremo de que no duda en afirmar que el colapso total se encuentra cerca. El dirigente obrero señaló que, luego de consultar directamente con personal de cada uno de los mejoradores y del muelle de Jose, puede aseverar que la situación es preocupante.

La empresa Petrocedeño procesaba 300 mil barriles diarios de crudo extrapesado para obtener crudo mejorado de 36° API, tipo  Sweett. Lo mejor del mercado, ese tipo de petróleo es lomito a nivel internacional, muy costoso. Era la niña de oro. Hoy está totalmente destruida y paralizada. En Petrosanfélix procesaban 300 mil barriles  diarios de crudo extrapesado para obtener mejorado de 36° API, pero también se encuentra en ruinas. «Allí no se mejora nada y los pocos trabajadores que quedan van solo a cumplir horarios», aseguró Girot.

Señaló que los únicos mejoradores que «medio funcionan» son Petrosinovensa, Petropiar y Petromonagas. El primero procesa 90 mil barriles diarios; el segundo procesaba 240 mil barriles diarios de petróleo extrapesado de 9° API  para mejorarlo y obtener el de 26° API de alto valor comercial, muy cotizado. «Hoy, esa planta está destruida, solo la utilizan para mezclar  extrapesado, junto con crudo Mesa 30 y obtener crudo Merey 16 de baja demanda y costo en el mercado internacional».

Añadió Girot que, finalmente, en el tercero de los mencionados procesaban 180 mil barriles de crudo de las mismas características, pero que esa planta fue destruida y ahora se usa para lograr mezclas de bajo valor, llegando a procesar, máximo, 40 mil bd, debido a que trabaja un día y luego dura tres paralizada.

«En cuanto al terminal de almacenamiento y embarque José Antonio Anzoátegui, en su mejor época, entraban a cargar 80 o 90 buques mensuales. Hoy apenas llega un máximo de siete embarcaciones», aseveró el dirigente obrero.

Girot agregó que es lamentable que se haya llegado a esa situación, pues el complejo  de Jose prometía ser un potenciador de desarrollo, no solo regional, sino de todo el país.

Otra más

Con respecto a la refinería de Puerto La Cruz, uno de los cuatro complejos de este tipo que hay en el país, el vocero de la Futpv afirmó que allí se procesaban 190 mil bd de crudo Mesa 30 para obtener productos refinados como gasolina, diesel, kerosene, jet A1, residual y VGO.

«Pero en la actualidad está paralizada. A principios de enero reactivaron la planta de destilación A1, pero como esas instalaciones tienen años inoperativas, no aguantaron y debieron paralizarla de nuevo. Hasta el muelle de Guaraguao se ha venido a menos, ya que allí llegaban 92 buques mensuales y ahorita apenas arriban cuatro». Para Girot el deterioro de la producción petrolera en el oriente del país se acentuó durante la gestión de Fernando Padrón al frente de la refinería de Puerto La Cruz.

Enfatizó que otro de los grandes responsables  de esta situación es Wills Rangel, quien como presidente de la Futpv y miembro de la junta directiva de Pdvsa, ha sido incapaz de alzar su voz para proteger la industria y con ello el bienestar y la seguridad laboral y social de miles de trabajadores.

Refinería de Puerto La Cruz.

Los petroleros «ahora reciben son unos salarios de hambre y que ni siquiera cuentan con un seguro de Hospitalización, Cirugía y Maternidad, ya que el Sistema Contributivo de Protección de la Salud (Sicoprosa) fue eliminado sin que este ganster haya dicho o hecho algo para evitarlo».

Lo cierto es que si en este momento se decidiera reactivar toda la industria petrolera, se requerirán entre 250.000 millones y 300.000 millones de dólares para alcanzar nuevamente una producción de entre 2 millones 500 mil a 3 millones de barriles diarios, de acuerdo a cálculos de analistas petroleros y representantes del gremio petrolero.

De acuerdo a cifras de comunicación directa reportada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la producción de crudo venezolano promedió 1,01 millones de bd durante el año 2019. Mientras que según fuentes secundarias, se ubicó en 790.000 bd, representando el cuarto año consecutivo de caída en la producción, con una contracción anual de 41%.

Sin embargo, para consolidar el aumento de la producción de crudo es necesario señalar que se requiere de la participación competitiva y eficiente de más agentes privados. Para ello, «los principales elementos que deben estar presentes en la recuperación del sector petrolero son: marco regulatorio y fiscal coherente, condiciones mínimas de estabilidad política, una estrategia de apertura transparente, seguridad y responsabilidad ambiental», afirmó el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) en un reporte.

Asimismo, la razón para que la recuperación del sector descanse en el sector privado es debida a las necesidades de inversión. IPD Latin America estima que Venezuela podría aumentar la producción a 2,6 millones de bd en los próximos 10 años, lo que requeriría gastos de capital de $90.000 millones y gastos operativos de $122.000 millones. En este sentido, sin estos elementos, las expectativas de producción y refinación se mantienen bajas.


Reportaje en colaboración con El Tiempo, El Impulso, La Mañana y TalCual.

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