Tareck, el único terrorismo es el abandono, ausencia de conocimiento y poco amor por PDVSA

0
202
El último invento de falso terrorismo sucede en un recóndito lugar de Monagas en medio de la nada, según las mismas fotografías publicadas por PDVSA.

¿Por qué gastaría tiempo, dinero y esfuerzo un grupo terrorista respaldado por EEUU, para atacar un recóndito lugar en medio de la nada, sobre todo si este acto no traería consecuencias de calado profundo sobre el país, ni sobre la industria?


 

Einstein Millán Arcia / Aporrea.org (Venezuela) – 20/07/2022

En PDVSA están haciendo todo lo humanamente posible por terminarla de destruir. Ya no es solo el hecho de que la industria, a pesar de las fallidas ofertas de T. Aissami de producir 1,508,000 BPD para 2021 y luego 2,000,000 BPD para 20221, aún sigue produciendo en el entorno de 700,000 BPD y refinando a menos del 20% de su capacidad nominal, mientras importa 75,000 BPD de crudos y productos, que antes producíamos.

Ya no es solo el hecho de que en PDVSA y el gobierno negocian nuestros recursos a espaldas del país, como si se tratase de su propia hacienda, ante la mirada pasiva del país; a la postre, los únicos dueños de dichos recursos.

Tampoco es solo el hecho que desde adentro mismo, civiles y militares trafican combustibles, ni desmantelan su infraestructura para venderla como chatarra, saliendo por nuestros puertos libremente.

Ahora, a toda esa destrucción que se ha posicionado sobre nuestra industria y país, se suman los intentos del ministro de petróleo por ahuyentar las inversiones, desprestigiando a PDVSA y la imagen de Venezuela con sus frecuentes y falsas teorías de conspiración y terrorismo, sacadas de la manga para intentar maquillar su irresponsabilidad e ineptitud y la de la directiva.

Lo único que ha salido de la boca de Aissami han sido falsas ofertas de aumento de producción y falsas teorías de conspiración. Mientras tanto, nadie sabe nada de Asdrúbal Chávez; el supuesto presidente de PDVSA. El último invento de falso terrorismo2 sucede en un recóndito lugar de Monagas en medio de la nada, según las mismas fotografías publicadas por PDVSA.

De acuerdo a la misma imagen publicada, se trata de una vieja instalación sumida en el abandono como toda PDVSA. Se trata de un pequeño cabezal de recolección ubicado en el campo, donde la fuga ocurre bajo tierra debido a los efectos de la corrosión/erosión y falta de mantenimiento preventivo, y cuya ignición muy probablemente pudo haber ocurrido por electricidad estática o perturbación atmosférica.

En medio de su irracionalidad, representantes del gobierno acusan a EEUU del acto terrorista3. Cualquiera se preguntaría: ¿por qué gastaría tiempo, dinero y esfuerzo un grupo terrorista respaldado por EEUU, para atacar un recóndito lugar en medio de la nada, sobre todo si este acto no traería consecuencias de calado profundo sobre el país, ni sobre la industria?

¿Qué interés tendría EEUU en participar en un acto de esa naturaleza, particularmente ante una producción miserable e incipiente de gas y petróleo como la que posee PDVSA en este momento y que, a la postre, sería contraproducente a sus propios intereses?

Nadie atentó contra PDVSA cuando durante 2003-2008 producía sobre 3,200,000 BPD de petróleo y 7,000 millones de pies cúbicos de gas. El único acto de verdadero terrorismo es el abandono de nuestros campos, es la falta de mantenimiento, es la falta de conocimiento y es el poco amor por PDVSA que profesan sus “autoridades”.

La Realidad

La realidad es que se le cayeron todos sus planes a Maduro. EEUU se decidió a mirar hacia el Golfo Pérsico y la industria ya no tiene prácticamente opciones de reflotar en el mediano plazo. El panorama no pinta nada bien para PDVSA, ni para el Gobierno. Muy a pesar de las remesas, del alza de la gasolina y del alza de los impuestos, indudablemente es el petróleo quien todavía sostiene el grueso de nuestra economía, aunque también sostiene a la corrupción que aflora desde el poder y de sus allegados. Se acerca 2024 y el madurismo necesita dinero para el proselitismo y compra de voluntades.

La inflación venezolana no respondió nunca hacia la baja, aun en presencia del nuevo precio de la gasolina, de las remesas y ni del alza de los impuestos. Solo llegó a ceder de forma sostenida una vez el WTI superó cierto umbral por encima de los $65. Sin embargo, para entonces los costos de producción de PDVSA no incluían en su ecuación la importación del condensado iraní, ni su intercambio por crudos de la FPO, así como tampoco el pago de deuda a Eni, Repsol, ni Chevron, como lo es el caso actual.

Por ahora el barril se mantiene en el entorno de $100; sin embargo, PDVSA irónicamente percibe cada vez menos ingresos. Es probable que antes de finales de 2022, el efecto de la desaceleración diferencial de las economías en curso, la persistencia del Covid y la presión sobre Arabia Saudita y los Emiratos, termine por derrumbar el precio del barril de vuelta hacia los $65 a $75 al erosionar la demanda y el consumo, en cuyo caso nuestro marcador Merey-16 se estaría ubicado en el entorno de los $44 a $52 por barril, lo cual sería catastrófico para Venezuela. Y ni hablar del caso de un eventual acuerdo Rusia-Occidente.

Antes de la importación de condensado iraní, nuestro costo de producción se situaba en el rango de los $27 por cada barril producido, mientras que luego de iniciado dicho intercambio, este ascendió hacia los $36 por barril. El margen remanente, luego de sustraer los descuentos por el riesgo de hacer negocios con Venezuela, solo dejaría para las arcas de PDVSA unos $15 a $20 por cada barril negociado, de llegar el WTI a ceder hacia el nivel mencionado de $65 a $75. Pero ello no incluye el cumplimiento de las obligaciones contraídas recientemente con Eni y Repsol, ni el venidero compromiso con Chevron, lo cual ocuparía sobre 100,000 BPD de nuestras exportaciones para ser dedicados a amortización de deuda, absorbiendo gran parte del flujo libre de caja de nuestra ya menguada corporación.

La incapacidad y pobre visión de quienes dirigen PDVSA y Menpet están llevando al país hacia un callejón sin salida. Un ministro que no sabe hacer otra cosa que hablar de terrorismo y un presidente de PDVSA que no aparece por ningún lado. Es hora de despedirlos.


DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.