Estiman que crisis de electricidad resulta de la desviación de fondos

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Poleo: "el Gobierno socialista ha instituido políticas públicas que castigan al venezolano de a pie, en los varios escenarios que configuran la economía y la sociedad".

Para Víctor Poleo militares ocupan cargos para los que no están preparados


 

Mariela León / El Universal (Venezuela) – 28/10/08

Las continuas interrupciones eléctricas que se suceden a pequeña y gran escala en el país no son efecto de eventuales circunstancias o coyunturas, son resultado de factores «estructurales» cuyas causas «están enraizadas en la clase política que conduce» a este sector. Víctor Poleo, ex director del Ministerio de Energía y Minas y profesor de posgrado en la UCV, asegura que estas fallas obedecen al «militarismo de la industria eléctrica, la injerencia cubana y la desviación de las inversiones».

En su opinión esta actividad ha sido «desprofesionalizada, igual que sucedió con la industria petrolera. Capitanes y tenientes ocupan posiciones decisivas para las cuales no están preparados. Para mayor humillación, las genialidades cubanas, ancladas en un sistema de la década de los cincuenta con prácticas rurales, ahora deciden cómo se administra un sistema eléctrico tan complejo como el venezolano».

Insiste en afirmar que «la usurpación por la clase militar de espacios decisorios para los cuales no califica, ni por conocimientos ni por oficio, deviene en el militarismo irresponsable». Y «la chapucera revolución energética habanera, dictando cátedra a Venezuela en sistemas eléctricos», incide directamente en el deterioro alarmante del servicio.

Contrario a lo que predica y publicita, dice Poleo, «el Gobierno socialista ha instituido políticas públicas que castigan al venezolano de a pie, en los varios escenarios que configuran la economía y la sociedad», específicamente en los ámbitos de la salud, alimentación, empleo, transporte, seguridad y el sector eléctrico que no escapa a esos desaciertos.

«La actual crisis eléctrica nacional se gesta en los noventa y se magnifica después de 2002, siendo Cadafe su epicentro». Apunta que un estudio realizado en 2006 revela que sólo se aprobó 25% de los casi 300 proyectos previstos en Cadafe.

Advierte además el especialista que si en la década pasada «fue política pública degradar adrede la calidad del servicio eléctrico estatal en aras de privatizarlo», en la primera década del siglo «es política pública degradar adrede la calidad del servicio eléctrico estatal en aras de usufructuar sus inversiones incrementales, por la nueva clase revolucionaria en funciones de Gobierno».

La actual crisis «es de distinta hechura» a la reportada en los noventa. Y señala que la inusual renta petrolera actual (2003-08) «alienta el despilfarro y la corrupción en los ámbitos de gobierno, de manera que es rentable para la nueva clase política inducir crisis en los servicios públicos. Una pobre gestión es gratificada con mayores asignaciones rentistas».


E-mail: mleon@eluniversal.com

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