“Lagartos” y “lobos” venezolanos en Miami

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¿Qué hacen en Miami Ramón José Medina y Leopoldo Martínez Nucete?

Pese al esfuerzo publicitario de Leopoldo y Ramón José para hacerse notar como venezolanos demócratas con Joe Biden, la maledicencia latina-mayamera los llama a sotto voce, “La Corte de los Milagros”, porque todos se han hecho ricos ‘milagrosamente’


 

Orlando Ochoa Terán / Venergia.org (Venezuela) – 11/12/2020

Ramón José Medina y Leopoldo Martínez Nucete, especímenes que la zoociología bogotana clasifica como lagartos, después de expoliar a Venezuela desde el gobierno y desde la oposición, han migrado a Miami mimetizados como ‘demócratas’, en búsqueda de nuevas trapisondas. Allí con la asistencia de Víctor Vargas y David Osío, crearon una especie de cofradía electoral de demócratas venezolanos con Joe Biden que la maledicencia mayamera bautizó como “La Corte de los Milagros”, porque todos se han hecho ricos ‘milagrosamente’.

Nadie sabe a ciencia cierta cuál, de las docenas de facciones que dividen la fragmentada oposición venezolana  respalda a estos lobos y lagartos, así clasificados por el historiador bogotano Alfredo Iriarte en su zoociología bogotana.

Cuando se formaba la Comunidad Europea, mucho antes de evolucionar hacia lo que es hoy la Unión Europea, la política exterior era entonces contradictoria, formada con retazos de la política de los principales países. Henry Kissinger, entonces secretario de Estado de EEUU, alguna vez preguntó en tono exasperado: Si tomo el teléfono y quiero hablar con Mr. Europa ¿a quién llamo?

Cuando el próximo secretario de Estado reciba cuenta del jefe de la Sección Venezuela con seguridad hará una pregunta semejante. ¿Peter, si ahora mismo, levanto el teléfono y quiero hablar con Mr. Opositor de Venezuela, a quién llamo? Seguro del efecto de la pregunta, el secretario se reacomoda en la amplia silla ejecutiva, se reclina hacia atrás con comodidad y, con un gesto de paciencia cruza los brasos y espera por la respuesta.

La cabeza de Peter comienza a darle vueltas y como en un carrusel van pasando por su mente las caras de ¿Juan Guaidó en Caracas? ¿Leopoldo López en Bogotá? ¿Antonio Ledezma en Madrid? ¿El general Raúl Baduel en La Tumba del Sebin? ¿Henry Ramos en Caracas? ¿Manuel Rosales u Omar Barboza en Maracaibo? ¿Henrique Salas Romer en su casa de veraneo de Connecticut? ¿Henrique Capriles en el Psiquiátrico de Lídice? ¿Julio Borges, donde quiera que se encuentre en sus funciones itinerantes? ¿Eduardo FernándezClaudio Fermín en la oficina de Wilmer Ruperti? ¿Francisco Rodríguez para que hable por Henri Falcón? ¿María Corina Machado en los sótanos llenos de humo del TCG, “todos contra Guaidó y  LL”?

Peter comienza a transpirar… de pronto se le ilumina el rostro con una nueva idea. ¿Qué tal Leopoldo Martínez Nucete, ese nuevo capitoste de la cofradía de venezolanos mayameros con Joe Biden? Después de todo, verdad o mentira -piensa Peter– el Martínez ha divulgado, urbi et orbi, que se graduó en la Universidad Católica, pero… ‘estudió’ en la Universidad de Miami, Harvard, Princeton, Yale, Oxford, Stanford, Columbia… De repente Peter cae en cuenta que Martínez Nucete también ostenta la invalorable experiencia de haber sido ministro de Finanzas de… Pedro Carmona… ¡oh shit! -Peter se sobresalta – ¡ministro por 5 horas!

Por asociación, a Peter le viene a la mente el rostro relleno de Ramón José Medina, con quien ocasionalmente había coincidido en el despacho de Roberta Jacobson, subsecretaria asistente del hemisferio occidental, en los tiempos de Obama. Peter recuerda que el tal Ramón José, asistente de la MUD Aveledo, por una misteriosa razón, al traspasar el umbral del edificio Truman, sede de la Secretaría de Estado en Washington, se transmutaba en un ardiente defensor de la política de reconciliación y diálogo a favor de Maduro. Siempre -recordó Peter– dejaba a Roberta tan confundida que nunca supo a ciencia cierta si Ramón José hablaba por la MUD, por el régimen bolivariano o por el Banco Occidental de Descuento, del cual, a la sazón, era consultor jurídico.

El secretario de Estado interrumpió las cavilaciones de Peter y antes de que pudiera responder, dio por concluida la cuenta sobre Venezuela. El siguiente, le ordenó a su secretaria por el intercomunicador.

Entre lobos y lagartos 

¿Qué hacen en Miami Ramón José Medina y Leopoldo Martínez Nucete? El historiador bogotano Alfredo Iriarte, con un dominio excelso del lenguaje satírico y cáustico, con ese alambicado estilo bogotano, categorizó a especies como Ramón José y Leopoldo, como partes de una “zoociología”, integrada por lagartos, lobos, arpías, gallinas, etc. Seres que -explicaba Iriarte– por su comportamiento, parecen miembros del reino animal. En esas sociedades parroquiales –agrega el periodista colombiano Castillo Cardona– como en la antigua Bogotá, las personas tenían aseguradas su posición social por sus orígenes y por sus propiedades. Eso garantizaba todos los privilegios. Por el contrario, a cualquiera que quisiera progresar y no perteneciera a ese grupo le tocaba lagartear. Es decir, simular lo que no era para poder acceder a puestos, a becas, a clubes, a fiestas. Es decir, a cualquier posición social. 

Nadie como un bogotano para explicar la zoociología.

Bajo estos parámetros, en la fauna caraqueña, anida un lobo de postín llamado Víctor Vargas, la viva representación que hace Alfredo Iriarte de su lobo bogotano inspirado en la literatura y la vida social de París. Veamos. Es difícil que la literatura vuelva a lograr un perfil más perfecto y universal del lobo que el que realizó Molière en pleno siglo XVII en la figura de Monsieur Jourdain, su inolvidable burgués-gentilhombre. Jourdain es, en efecto, el burgués que, no obstante, su gruesa fortuna, se sabe tosco y ordinario, es decir, ‘corroncho’, y en consecuencia despliega con toda la burda ostentación propia del lobo los abundantes recursos de su peculio para abrirse paso por los caminos que lo puedan conducir con la mayor celeridad a equipararse en todo y por todo con la nobleza”.

En esa trayectoria hacia la aristocracia este mecenas caribeño ha promocionado a lagartos, entre los cuales, los más conspicuos, por su reciente figuración internacional, son José Ramón Medina y Leopoldo Martínez Nucete. Ninguno de los otros protegidos de Vargas, reúnen la audacia y las habilidades para trepar que la de estos dos lagartos, que ahora se preparan para una operación de alto vuelo. Deslizarse con garbo a través de los sinuosos caminos del gobierno federal demócrata de EEUU en Florida, para infiltrarse y tratar de desbancar a la etnia cubana que por décadas ha ocupado y controlado el Condado de Miami. ¿Suena ambicioso? Para un lagarto que se precie a sí mismo, the sky is the limit. 

El mimetismo zoociológico 

Con esta estrategia en mente, Leopoldo Martínez Nucete y Ramón José Medina, desembarcaron en Miami, donde, en este año electoral consolidaron una cabecera de playa, una suerte de cofradía demócrata con Joe Bidenbajo la égida de Víctor Vargas en Caracas y David Osío, dueño y señor de Davos Consulting. Pese al esfuerzo publicitario de Leopoldo y Ramón José para hacerse notar como venezolanos demócratas con Joe Biden, la maledicencia latina-mayamera los llama a sotto voce, “La Corte de los Milagros”, porque todos se han hecho ricos ‘milagrosamente’. Son pues una suerte de encomenderos de Víctor VargasDavid Osío en esa lucha que se proponen. “Yo no los subestimaría” le comenta un venezolano de las últimas camadas de la oposición a un “influencer” cubano que se reía con sorna al oír sobre los planes estratégicos de estos lagartos venezolanos. 

Cierto. El hecho de que Ramón José Medina haya actuado en representación oficial de la oposición, en paralelo con este mecenas oficioso de la revolución bolivariana, de manera tan pública e impúdica, tan notoria y tan descarada, desafía la imaginación incluso del más ingenioso de los lagartos de la zoociología bogotana. Víctor Vargas -le recordamos al cubano escéptico- es un lobo venezolano con el crédito de haber convertido en multimillonarios a más bolivarianos y opositores de la Venezuela ‘comunista’, que cualquier oligarca ruso en toda la era comunista de la Unión Soviética.

¡Alerta pues, demócratas y republicanos! Las habilidades depredadoras de Ramón José no se pueden subestimar. Memorable, por su refinada mezquindad fue, por ejemplo, su intento de descalificar el arresto del líder opositor Leopoldo López en 2014, con aquello de que la MUD no tenía un plan de liberación contra el plan de Leopoldo López de hacerse detener. El intento de dañar la imagen del líder de Voluntad Popular no fue la obra de un minio común y corriente, de esos que planean alrededor de Vargas. En otra ocasión, José Ramón, con la mayor naturalidad de mundo, replicó con Ramón Guillermo Aveledo, entonces director de la MUD, lo que hizo su carnal lagarto, Ildemaro Martínez, con el gordito Enrique Mendoza de la Coordinadora Democrática. En aras de la codicia que José Ramón e Ildemaro comparten, hicieron del prestigio que gozaban, Enrique Mendoza y Ramón Guillermo Aveledo, unos flecos. Peor. Lo más probable es que Mendoza y Aveledo aún les estén agradecidos por los ‘favores recibidos’. ¡Chapeau! Ramón José, e Ildemaro, por supuesto.

En el siglo XVII el dramaturgo inglés John Webster describía a la sociedad londinense con características semejantes a la zoociología que ha emergido en Venezuela donde conviven lobos y lagartos de la oposición hermanados con ladinos bolivarianos:

“La corrupción era tan vasta y profunda que no había lugar para las convencionales nociones del bien y el mal. Personajes y eventos parecían buenos, en apariencia, pero en realidad eran perversos, cualesquiera de estos personajes eran capaces de hacer el bien y el mal, de ser leales y traicioneros, honestos y deshonestos”.

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