¿Por qué las sanciones al diésel preocupan tanto a chavistas como a opositores en Venezuela?

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Decenas de personas hacen cola para tanquear sus vehículos en una gasolinera en Maracay, estado Aragua, Venezuela. / Agencia AFP.

Estados Unidos estaría pensando en bloquear las importaciones de combustible diésel en territorio venezolano. Expertos aseguran que esto, más allá que acelerar un cambio político, puede terminar hundiendo más la ya maltrecha calidad de vida de los venezolanos. ¿Por qué?


 

Jesús Mesa / El Espectador (Colombia) – 10/09/2020

La ofensiva del gobierno de Estados Unidos contra el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela continúa y se espera que en las próximas semanas se anuncien nuevas sanciones económicas para asfixiar al régimen chavista. Sin embargo, hay una de ellas que causa especial preocupación dentro y fuera del país, incluso para analistas críticos del oficialismo venezolano.

Desde el año 2019 la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, viene aplicando un esquema de sanciones contra Petróleos de Venezuela (Pdvsa), con el fin de ejercer presión contra el régimen de Nicolás Maduro y así obligarlo a ceder el poder. Sin embargo, en la actualidad, hay una excepción en las sanciones que permite el canje de petróleo crudo por combustible diésel.

Pero en las últimas semanas los rumores sobre un posible bloqueo a estas importaciones, así como de los compuestos para la fabricación del carburante en Venezuela, han preocupado no solo a los miembros del gobierno, sino también a expertos críticos del gobierno chavista.

De acuerdo con un reporte de prensa de la organización de evaluación de mercados petroleros londinense, Argus, las sanciones estarían pensadas para octubre de este año, a solo semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. De llegar a ser cierto, esta nueva medida apuntaría a los canjes de diésel con compañías en Europa y Asia, que representan casi el 80% de los fletes de (petróleo) crudo que salen de Venezuela.

La sola posibilidad de que un bloqueo de este tipo se dé en Venezuela ha motivado a múltiples ONG internacionales a pedir al gobierno de Donald Trump que desista de la idea de sancionar al diésel (en caso de tenerla). Aseguran que esto, en vez de forzar un cambio político en el país –el cual no se ha concretado tras casi dos años de sanciones–, terminaría agravando aún más la profunda crisis humanitaria que padecen los venezolanos dentro de su país.

“Esta decisión (el bloqueo) tendría consecuencias devastadoras para la población. En Venezuela, el diésel es el principal combustible para la generación de electricidad y para el transporte de carga de bienes básicos, que incluyen alimentos, medicinas y suministros humanitarios. Cortar el acceso al diésel en el país podría empeorar las ya muy precarias condiciones de vida de millones de venezolanos que dependen de esta cadena de suministro”, explica una carta firmada por 32 organizaciones no gubernamentales dirigida al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.

Venezuela vive una profunda escasez de gasolina. Las refinerías están trabajando a un 10 o un 15% de su capacidad y lejos quedaron los años en los que se producían millones de barriles por días, lo que ha obligado al país a importar combustible refinado desde Europa y Asia. Por ello, cerca del 85% del transporte público y de carga en Venezuela depende del combustible diesel. Es a través de camiones y tractomulas que se distribuye la gran mayoría de los alimentos y medicamentos en el país.

“Si se corta el suministro de diésel en estas circunstancias, las precariedades que los ciudadanos, las familias y las empresas de Venezuela padecen pueden multiplicarse rápidamente”, analiza el profesor Santiago Olalquiaga, profesor de macroeconomía de la Universidad Metropolitana de Caracas, para el portal web El Pitazo.

Olalquialca asegura que una escasez de diésel en el país podría agravar la ya precaria situación que viven los venezolanos, agravadas en el contexto de la pandemia del COVID-19. El experto asegura que el país podría enfrentarse a una “escasez generalizada de bienes”, particularmente de alimentos, lo que “podría hacer estallar una hambruna como nada que hayamos visto hasta ahora”.

“De no haber diésel podría producirse una paralización del transporte de carga afectando, el traslado de insumos indispensables para la supervivencia de millones de familias venezolanas”, asegura por su parte la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).

Pero no son solo los sectores de alimentos y medicamentos los que se verían afectados con un bloqueo al diésel. El sistema energético de Venezuela desde hace años suple con este combustible el deterioro de las plantas hidroeléctricas y termoeléctricas del país.

“Hay que reconocer que las medidas tomadas por el gobierno norteamericano contra la industria petrolera están llegando y afectando directamente a la población venezolana. Sobrepasó el límite de las individualidades de las personas y del Estado mismo, y ha llegado a la población de bajos recursos”, dice por su parte Rafael Quiroz Serrano, experto petrolero a El Pitazo.

Así mismo, el diésel se usa para los generadores de electricidad de emergencia empleados por casi todas las clínicas privadas y algunos hospitales públicos, incluidos los generadores enviados en algunos de los primeros embarques de ayuda humanitaria de la Cruz Roja Internacional.

“Estos centros de salud podrían ver paralizadas sus actividades, en medio de una crisis sanitaria por la pandemia de la Covid-19”, alertan las 32 ONG en la carta dirigida al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.

Un pulso opositor dividido

Según el portal Banca y Negocios, los representantes del gobierno de Juan Guaidó están de acuerdo en que se tomen medidas contra la importación de diésel, para evitar cualquier “rendija” que pueda aprovechar el gobierno venezolano. Esto en contraste con otros voceros del antichavismo que rechazan estas sanciones en particular.

Analistas y periodistas venezolanos, contrarios al gobierno chavista, han expresado su preocupación ante las posibles sanciones contra el diésel. Uno de ellos es el economista Francisco Rodríguez, director del programa “Oil for Venezuela”, quien exhortó a Guaidó a no permitir que Estados Unidos aplique nuevas sanciones a PDVSA y que no se restringa la importación de diésel al país.

“El emitir más sanciones podría poner en jaque la reposición de las existencias de combustible en Venezuela y eso, sin duda alguna, afectaría a todos los venezolanos”, indicó Rodríguez, quien asegura que estas sanciones de Estados Unidos y celebradas por un sector de la oposición “hace rato” dejaron de ser individuales.

“Estas medidas tomadas de forma unilateral por parte del gobierno de Estados Unidos, sea con el pretexto que sea, están afectando a la población, porque somos los que estamos pagando los platos rotos y la factura de esas consecuencias”, dice el experto al portal Hispano Post.

Lo mismo opina el economista Asdrúbal Oliveros, quien hace parte de la firma Ecoanálitica, y que considera que “tal medida representaría un gran golpe al sector petrolero venezolano y exacerbaría la actual crisis de la gasolina en el país, perturbando las cadenas de suministro básicas de alimentos, con fuerte impacto social”.

De hecho, el tema de las sanciones económicas es el que finalmente termina dividiendo la unidad dentro de la oposición en Venezuela. Mientras que por un lado se encuentra el sector liderado por Juan Guaidó, que celebra las sanciones estadounidenses, personajes como Henrique Capriles aseguran que estos bloqueos económicos han terminado afectando a todos, menos a los castigados.

“Quedarnos sin gasolina no afecta a Maduro ni a su cúpula, sino a quienes tienen que llegar a los hospitales en ambulancias sin combustible, los camiones que transportan alimentos y medicinas”, manifestó Capriles el pasado 23 de agosto.


  • Artículo publicado en El Espectador el día 08/09/2020

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