Danilo Díazgranados: La historia millonaria de un bróker del chavismo

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Danilo Diazgranados, niño travieso, agente de bolsa en la década de los 90, empresario, socio de un banco estadounidense y uno de los operadores financieros predilectos del chavismo, en los tiempos de Hugo Chávez.

Díazgranados fue el encargado de comprar bonos británicos con 1,3 millardos de libras esterlinas provenientes del Fondo de Desarrollo Nacional y de quedarse, en medio de la operación, con una jugosa comisión


 

Lorena Meléndez / RunRun.es (Venezuela) – 27/08/2020

Una alianza periodística conformada por Runrun.es, El Pitazo, Armando.Info y el diario español El Confidencial publica una serie de reportajes de investigación realizados a partir de la filtración de un conjunto de 300 documentos financieros que tienen un tamaño de 380 MB. Se trata de archivos internos de la entidad de banca privada suiza Compagnie Bancaire Helvétique (CBH), cuya sede se ubica en Ginebra, y de documentos acumulados por un gestor financiero especializado en captar clientes multimillonarios extranjeros para atraer sus fortunas a bancos suizos, el francés Charles-Henry de Beaumont. La mayoría de los archivos datan entre 2011 y 2013, tiempo en el que la discusión sobre la salud de Hugo Chávez copaba la cotidianidad venezolana.

Los documentos a los que se tuvo acceso evidencian que montañas de dinero relacionado con el chavismo se apilaron en Suiza. Las actividades financieras de estos grupos de poder están relacionadas, en su mayoría, con Petróleos de Venezuela, Corpoelec y la Corporación Venezolana de Guayana; también con fondos públicos creados originalmente por Chávez para el desarrollo del país y con áreas estratégicas como la importación de medicinas e insumos hospitalarios.

Más allá de la filtración, se entrevistó a expertos financieros reputados, abogados, empleados de banca y a los propios afectados. Asimismo, se ha consultado un amplio repertorio de fuentes documentales que incluye registros mercantiles y de la propiedad, asientos de autoridades migratorias, escritos de fiscalías, juzgados y policías en diversos países, entre otras. Además, para informaciones puntuales se consultó la documentación derivada de los Papeles de Panamá y Paradise Papers, proyecto coordinado por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung.

La historia millonaria del bróker venezolano Danilo Díazgranados es la tercera entrega de esta #ConexiónSuiza.

  • Niño travieso, agente de bolsa en la década de los 90, empresario, socio de un banco estadounidense y uno de los operadores financieros predilectos del chavismo, en los tiempos de Hugo Chávez
  • Díazgranados fue el encargado de comprar bonos británicos con 1,3 millardos de libras esterlinas provenientes del Fondo de Desarrollo Nacional y de quedarse, en medio de la operación, con una jugosa comisión
@loremelendez | @garcirrey

Mientras todos ponían su mejor cara para la foto del tercer grado, el pequeño Danilo Alfonso Díazgranados Manglano –quien para entonces tenía entre 8 y 9 años de edad– ni siquiera se preocupó por mirar a la cámara. Penúltimo de la tercera fila, a la izquierda, estaba en otra cosa, en una travesura delatada por el ademán que ese día inmortalizó el flash. De pie, con una media sonrisa, y con la cabeza hacia abajo, miró fijamente su mano derecha y la “V” que formó con sus dedos índice y medio instantes antes de ponerlos detrás de la cabeza de una de sus compañeras de clase. ¿Su intención? Mofarse de la niña que tenía delante de él al ponerle un par de cuernos.

Aquel gesto no era nada raro. Exalumnos del colegio, una institución para niños de clase media alta ubicada en el Este de la capital venezolana, aseguraron que aquel chico siempre fue así de travieso, así de tremendo. Por eso, en los noventa, décadas después de aquella época escolar, no les extrañó que el muchacho pícaro hubiese elevado al máximo esa mínima muestra de indisciplina: estar supuestamente implicado en una serie de seis explosiones ocurridas en distintos puntos de las ciudad que lograron que bajaran los valores de la Bolsa de Caracas y el precio de los bonos venezolanos en mercados internacionales. A Díazgranados, específicamente, lo señalaban de ser cómplice de la colocación de un coche-bomba en un centro comercial cercano a la Base Aérea de La Carlota. De todo el proceso, salió sin ningún tipo de cargos penales.

A Díazgranados también lo recuerdan por llevar costosos relojes y zapatos de marca al colegio y porque en aquella casa grande de su niñez, en la urbanización Prados del Este, tenía juegos de video que ninguno de sus amigos poseía y hasta un televisor a color. Él fue el primero de la clase que tuvo uno de estos innovadores aparatos en su hogar.

Hoy, Díazgranados continúa una vida de ostentación, aunque lejos de las fronteras venezolanas y bastante retirado de los flashes. Lo hace desde la casa que compró en la exclusiva zona de Casa de Campo, La Romana, en República Dominicana, donde reside desde hace casi 10 años con su familia y donde cada vivienda está valorada por encima del medio millón de dólares. Allí pasa sus días luego de haberse convertido en banquero en Nueva York, de haber comprado una empresa a uno de los hombres más cercanos al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de haberse convertido en socio de una de las compañías de desarrollos móviles más importantes de Latinoamérica y de amasar una fortuna mientras trabajaba en Caracas como bróker para funcionarios del Estado venezolano en la era chavista.

Esta última actividad la reseñan un par de memorandos internos de la Compagnie Bancaire Helvétique (CBH), los cuales fueron intercambiados entre empleados y altos cargos directivos de la entidad suiza para incluir la información en su cartera clientelar. Los documentos forman parte de una filtración a la que tuvieron acceso los medios Runrun.es, El Pitazo, Armando.Info de Venezuela y el diario español El Confidencial.

En ambos memorandos, fechados en 2011 y 2013, se certifica que Díazgranados era cliente de ese banco desde 1991 y se le describe como un importante empresario y un conocedor, y al mismo tiempo actor, del mercado financiero venezolano donde durante años trabajó como intermediario en la compra y venta de valores para “instituciones de la República Bolivariana de Venezuela”. La intención de los mismos era contar quién era el hombre que estaba detrás de una nueva e importante cuenta: la de una offshore bautizada como Craft Financial.

Craft Financial S.A. está en opencorporates.com como una empresa registrada en Panamá el 12 de agosto de 2011, apenas mes y medio antes de que se enviara el primer memorando de la CBH. Documentos oficiales confirman esta información y señalan que la compañía se abrió con un capital de 10.000 dólares americanos. El nombre de Díazgranados no aparece por ninguna parte, ni al momento del registro (cuando suscribieron Marco A. San Berguido, Luz E. Rivera y Ernesto Castillo Cho, con Alemán, Cordero & Lee), ni al de la renovación de su junta directiva, hecha en marzo de 2017. Sí están, en cambio, el de una serie de personas que también integran las juntas directivas de cientos de sociedades del istmo. El directorio lo encabezan Justo Reyna (director / presidente), Ruyh (Ruth) Giannina de Sánchez (director / tesorero), Oscar Augusto Cedeño y Edgardo Medina (suscriptores) y Lineth Ponce (director / secretario). Los tres primeros están en la base de datos de Offshore Leaks, del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), como socios de distintas compañías radicadas en paraísos fiscales. Ponce, empleada del bufete panameño Morgan & Morgan, tiene el cargo de director / tesorero en una empresa panameña de Díazgranados: Panros Global Inc.

Fue precisamente a través de Craft Financial que, de acuerdo con los documentos de la CBH, se hizo una operación de 1,3 millardos de libras esterlinas que requirió de una estructura financiera que permitió sacar al exterior fondos del Estado venezolano en dólares americanos o bonos, que fueron cambiados a libras esterlinas y posteriormente a Gilts (bonos del gobierno británico). Así se cobraron comisiones por las transacciones y se regresó el dinero al Banco Central de Venezuela a través de una plataforma llamada Clearstream, con sede en Luxemburgo, que funciona como un sistema de pago y entrega de títulos y dinero totalmente informatizado, desde y hasta cualquier parte del mundo.

“Craft Financial S.A. retiene el spread (diferencia entre compra y venta de un activo financiero) en la cuenta CBH y luego realiza inversiones por cuenta propia. El objetivo de Craft es generar nuevas operaciones. También estamos planificando abrir un fondo de las Bahamas para administrar bonos venezolanos en nombre de otras instituciones en el país”, se lee en ambos memos.

Memo Interne Craft Scribd by runrunesweb

En las comunicaciones de la CBH se registra una serie de transacciones financieras de miles de millones de dólares provenientes de las arcas del Estado venezolano. En el caso de Díazgranados, las operaciones que involucraron a Craft Financial tuvieron su origen en el Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden), institución creada por Hugo Chávez en 2005 con la intención de destinar, de forma directa, el excedente de los ingresos por exportaciones petroleras del país en proyectos de “inversión social” –es decir, aquellos que buscan el bienestar sin retorno económico– con énfasis en infraestructura y transporte.

El primero de estos memorandos data del 29 de septiembre de 2011 y su autor es Charles-Henry De Beaumont, el operador financiero de la CBH que ayudó a varios funcionarios venezolanos a colocar sus fortunas, forjadas durante los años de los gobiernos chavistas, en la entidad bancaria. Está dirigido a Jacques (Jacky) Ramet, quien aunque no figuraba en la junta directiva, era una de las firmas autorizadas dentro del consejo del banco. De este informe, se remitió una copia a Joseph Benhamou, presidente de la organización y cabeza de la familia que es accionista mayoritaria de la CBH desde 2009; a Christian Maréchal, entonces director adjunto y miembro de la dirección general; y a Turan Henden, quien ocupaba el cargo de asistente de banca privada.

El segundo memorando –fechado en junio de 2013 y con más detalles sobre la trayectoria de Díazgranados– lo escribió Leandre Sappino, quien para ese momento era asesor de inversión del banco, y estaba dirigido a Ramet, con copia a Philippe Cordonier, director general adjunto, y a Stéphane Strub, director adjunto de la CBH.

La operación entre el Fonden y el banco suizo deja algunas dudas en los expertos consultados. Una de estas es la tercerización de la transacción, pues no se explica por qué una institución del Estado relegó las compras de Gilts a la offshore de Díazgranados, tal como lo indican los documentos.  “Como los montos son sustanciales y no quieren aparecer en los mercados, Fonden ha decidido confiar esta delicada tarea a Craft Financial S.A., así como a otro intermediario financiero”, subraya el memorando de la CBH. En esa orden pudiera existir un quebrantamiento de las normas.

El administrador, abogado y ex superintendente de Bancos, Alejandro Cáribas, destacó que la entrada a la negociación de bonos por parte de una empresa intermediaria genera desconfianza. “Allí pudiera estar planteada una desviación de fondos con unas comisiones creadas artificialmente, porque el Banco Central no tiene necesidad de buscar intermediario para realizar algún tipo de inversión”, apuntó.

“Desde mi perspectiva, no hay nada usual en esa transacción. ¿Por qué un gobierno compraría tal cantidad de bonos a través de una entidad offshore? ¿Quién fue el beneficiario de esta cuenta? Comparado con nuestros estándares, esto se haría a través de la Reserva Federal o del banco nacional y no desde una compañía extranjera”, explicó David Zollinger, experto suizo en banca privada y mercados.

El economista Francisco Rodríguez, ex director de la firma financiera Torino Capital, discrepó e indicó que para poder comprar bonos sí se debía acudir a un tercero. Sin embargo, señaló la peculiaridad de que se hubiese recurrido a una offshore recién creada. Hervé Falciani, quien sustrajo la información del banco suizo HSBC que dio origen a la Lista Falciani, está en la misma línea: “Todos los bonos se compran a través de un bróker, incluso son si proceden de fondos públicos”.

Cáribas sostuvo que el Fonden jamás estuvo concebido para hacer compras de Gilts como las que se hicieron a través de la CBH. “Nunca el propósito fue hacer algún tipo de inversiones para que se produjera renta al país, porque para eso era el Fondo de Estabilización Macroeconómica (FEM), del que ellos se olvidaron. El Fonden tenía una línea de gasto social. Todo el proceso inflacionario viene por allí”, aseveró.

Pero estas compras sí se hacían con frecuencia, aunque lo usual no era que se adquirieran bonos británicos sino deuda pública a países aliados. Así lo relató un reportaje de Reuters titulado Fonden: la caja negra de Hugo Chávez”.

“Otro de los puntos más polémicos del Fonden ha sido su uso como instrumento de inversión, que lejos de buscar activos seguros apostó por valores de alto rendimiento que, además, servían para echar una mano a países aliados del Gobierno, según un informe de la entidad filtrado a la prensa, que hace referencia a una auditoría hecha al ente en el 2011. El fondo ha evitado revelar cuánto dinero ha perdido o ganado con estas inversiones”, indicó el reportaje.

Otra de las posibles faltas cometidas en el negocio con Craft Financial está en la recepción de los fondos que retornaron Venezuela y el por qué se utilizó Clearstream para estas transferencias. Cáribas advirtió que este tipo de movimientos no son usuales, aunque no hay ninguna ley o normativa que legalmente los prohiba. “Por lo general, desde el Banco Mundial le dan una cierta amplitud a los bancos para realizar algún tipo de negociación, pero la práctica administrativa no es esa”, enfatizó.

Díazgranados confirmó la ejecución de la operación a través de dos respuestas por escrito –del 16 de abril y el 4 de mayo de 2018– emitidas por Llorente & Cuenca, una prestigiosa consultora española especializada en comunicación y gestión de la reputación, que se ha encargado de ser la voz del bróker ante cualquier consulta sobre el tema. En la contestación se señala que la CBH participó en la compra de Gilts, luego de que el Fonden solicitara ofertas a varias entidades financieras.

“Esta entidad –de la que es cliente desde los años 90 y con cuyo propietario principal tiene una relación de cercanía– propone a Danilo Díazgranados Manglano tomar parte en la operación para afrontar conjunta, y únicamente, el riesgo cambiario derivado del posible retraso de pagos de Venezuela tras recibir la oferta”, indica el documento del gabinete de gestión de crisis, a pesar de que los memorandos del banco suizo dejan claro que fue la institución venezolana la que sacó a relucir el nombre del agente financiero debido a sus buenas relaciones.

La respuesta de Llorente & Cuenca también apunta que la offshore de Díazgranados nació con el propósito de hacer la transacción entre el Fonden y la CBH. “Para contar con un vehículo operativo legalmente aceptado en operaciones como la planteada para asumir conjuntamente el riesgo cambiario, se crea la compañía Craft Financial (2011). Como todas la operaciones financieras en las que ha participado, esta se ejecutó conforme a las regulaciones vigentes en el momento de realizarse y en los términos y condiciones pactadas entre las partes involucradas, incluidas las contraprestaciones pactadas entre ambas partes. Todas las operaciones fueron certificadas por FINMA, la institución del gobierno suizo que regula de forma independiente los mercados financieros. A lo largo de la operación de venta de Gilts será la CBH quien mantenga en exclusiva el contacto con el Fonden, manteniéndose Díazgranados Manglano al margen de esta relación”, indica el documento.

Al bróker se le preguntó por escrito cuánto dinero había percibido por esta operación, pero en la última comunicación afirmó, siempre a través de Llorente & Cuenca, que nada le había quedado. “Danilo Díazgranados nunca recibió pago alguno por la gestión de la transacción de compra-venta de los bonos en sí misma, de la que el único beneficiario fue el banco a través de los cargos acostumbrados para dicho tipo de transacción”, se lee en el comunicado.

Un documento obtenido por esta investigación reveló que Díazgranados tenía un poder firmado por un abogado para hacer cualquier movimiento a través de Craft Financial a pesar de que no aparecía como miembro de la junta directiva. El escrito permite que el bróker realice amplias actividades financieras a nombre de empresa, como por ejemplo, acordar contratos con gobiernos, compañías y personas. Al final, aparece la rúbrica de todos los miembros de la compañía registrada en Panamá.

Sobre esto, el economista Asdrúbal Oliveros indica que si bien las operaciones con intermediarios suelen estar permitidas, siempre hay una ganancia por parte de ese tercero. “Nadie va a crear una offshore sin tener algún tipo de beneficio. Tiene que haber o comisión o un diferencial de compra que le haya quedado a él. Y si se trata de una offshore, alguien tiene que haber pagado por los costos asociados a la creación de la compañía, impuestos, registro, erogaciones”, añade Oliveros quien aclara que, aunque el Fonden pudo haber cubierto los gastos de Craft Financial, debe haber quedado una comisión para quien estuvo detrás de esta.

Al respecto de las operaciones, la CBH no ofreció información. Un portavoz de la institución, interrogado por un periodista de los medios que trabajaron en esta investigación, dijo que el banco, como institución suiza, “cumple estrictamente con las obligaciones del secreto bancario y las leyes del país, particularmente con la Ley Suiza contra el Blanqueo de Capitales y con las ordenanzas de la Autoridad Federal Supervisora del Mercado Bancario Suizo (FINMA)”. Tras la aclaración, agregó: “En este sentido, como usted sabe, no podemos responder a las cuestiones específicas que nos envían sobre la existencia o no de ciertas cuentas en nuestro banco”.

Tampoco De Beaumont quiso pronunciarse sobre el tema cuando se le pidió confirmación de los hallazgos. “Estoy seguro de que ustedes entenderán que no puedo ofrecer información alguna al respecto, puesto que estoy obligado a cumplir la confidencialidad y el secreto bancario regulado por ley de mi actividad profesional pasado con CBH (…) No obstante, puedo asegurarles que ninguno de mis clientes tenía casos judiciales pendientes ni estaban involucrados en hechos ilícitos”, respondió.

Un fondo financiero opaco

Del Fonden salió el dinero para expandir la Misión Alimentación que intentó contener, a través de las importaciones de productos, el desabastecimiento que ya se veía en 2013; así como para la construcción de las líneas 4 y 5 (aún sin terminar) del Metro de Caracas, las estaciones hoy activas del Metro de Valencia, Los Teques y Maracaibo, el Sistema Ferroviario Ezequiel Zamora (tramo Valles del Tuy), la rehabilitación del Sistema Ferroviario Centro Occidental “Simón Bolívar”, la autopista Barquisimeto–Acarigua, el Metrocable de San Agustín, la planta de papel Pulpaca; también se financiaron trabajos que todavía hoy no se han culminado como el tercer puente sobre el río Orinoco y el Sistema Metro Ligero Caracas–Guarenas–Guatire.

Pero, sobre el dinero que maneja la institución, comenzaron a existir dudas desde 2007 cuando por última vez se entregó el informe semestral de gestión –contemplado en los estatutos fundacionales del Fonden – a la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional. El mecanismo de rendición de cuentas se acabó y aunado a ello se dificultó el acceso a documentos públicos que confirmaran el porcentaje de ejecución de los proyectos financiados. “Opacidad” empezó a hacerse una palabra de uso frecuente en las notas periodísticas que hablaban del fondo.

El destino de los mil millonarios ingresos del Fonden, poco a poco, se perdió de vista. En el Informe de Gestión 2011 de Petróleos de Venezuela S. A., la empresa estatal señalaba que entre 2005 y 2011 había aportado al fondo 44.187 millones de dólares. Solo en ese último año –2011, el mismo del primer memorando– le había entregado a la institución 14.475 millones de dólares, lo que representaba un incremento de 755% con respecto a los 1.334 millones que había otorgado en 2010.

En junio de 2012, un reporte de Transparencia Venezuela cuestionaba el uso de ese dinero. De acuerdo con la ONG, solo 18.743 millones de dólares habían sido invertidos en obras conocidas, pero sobre el resto poco se sabía. “¿En qué proyectos han sido gastados los restantes 25.444 millones de dólares? ¿En qué bancos se encuentran estos recursos? ¿Cuánto se ha ganado en intereses por los recursos no asignados? ¿Estos recursos no asignados tienen un destino o proyectos ya definidos?”, apuntaba el documento. Seis años después, todavía no se tiene respuestas a estas preguntas.

En medio de toda esa opacidad, aparece el nombre de Díazgranados. De acuerdo con los memos de la CBH, el bróker tenía “excelentes relaciones” con el Fonden, de allí la confianza que depositaban en él para hacer operaciones mil millonarias en moneda dura.

Cuando se escribió la primera comunicación de la CBH, el entonces ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, era el presidente del Fondo, mientras que la secretaría del ente la llevaba la ex tesorera nacional Claudia Díaz Guillén, quien fue retirada del cargo en abril 2013, apenas meses antes de que circulara el segundo memorando y justo en medio de la transición entre la muerte de Hugo Chávez y la llegada de su sucesor, Nicolás Maduro, al poder.

Díaz Guillén, una militar retirada que también fue enfermera de Chávez y que hoy tiene una orden de captura internacional solicitada por el Ministerio Público venezolano por presunta legitimación de capitales, apareció en la investigación global sobre paraísos fiscales Panamá Papers, coordinada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y el diario alemán Süddeutsche Zeitung, en la cual se expuso que justo después de dejar su cargo en el Fonden, comenzó a hacer vuelos constantes desde Venezuela hasta República Dominicana, donde tenía una residencia, igual que Díazgranados. Su esposo, el ex edecán presidencial Adrián Velásquez Figueroa, creó Bleckner Associates Limited S.A., una empresa offshore registrada en el paraíso fiscal de Seychelles, que fundó por medio del bufete panameño Mossack Fonseca.

Tras la salida de Díaz Guillén, Temir Alfredo Porras Ponceleón se convirtió en el secretario Ejecutivo. En septiembre de 2013 (tres meses después del memo de la CBH y apenas cinco meses de su nombramiento), Porras fue sustituido por Simón Alejandro Zerpa Delgado, uno de los funcionarios venezolanos que hoy están sancionados por el gobierno de Estados Unidos.

El BCV, la entidad receptora de aquellos fondos, estuvo encabezado por Nelson Merentes y, posteriormente, por Edmée Betancourt, quien al igual que Porras había sido designada en abril de 2013 para el cargo. El 13 de agosto del mismo año (dos meses después del memo de la CBH) había sido reemplazada por Eudomar Tovar, quien venía de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi). En el directorio del BCV figuraban Merentes, Jorge Giordani, José Salamat Khan Fernández, Armando León Rojas y José Félix Rivas Alvarado.

Tanto Giordani como Betancourt se distanciaron públicamente del gobierno de Nicolás Maduro poco después de que este tomó las riendas de Miraflores. Giordani, quien se negó a responder vía telefónica o en persona sobre la compra de Gilts hecha por el Fonden a través de la banca suiza, salió del gabinete en junio de 2014, mientras que Betancourt fue depuesta del BCV en agosto de 2013.

Destino: Islas Vírgenes Británicas

El nombre de Díazgranados también aparece como uno de los beneficiarios de las comisiones de una serie de transacciones hechas a través de Violet Advisors SA, una empresa offshore propiedad de los hermanos Luis e Ignacio Obertodenunciados en 2013 por Henrique Capriles como operadores financieros del chavismo. El documento fichado como “Personal y Confidencial”, escrito por Charles-Henry De Beaumont, anunciaba que en los días siguientes se haría una transferencia de 16 millones y medio de dólares, monto que se dividiría entre las cuentas de dos empresas registradas en las Islas Vírgenes Británicas: Anam Asset Management Ltd., del bróker venezolano –cuyo registro no fue hallado–, y Mach Advisory Ltd. (que salió del registro de empresas de las islas en 2014 por impago de tarifas anuales), perteneciente a Alessandra Gherardi, esposa del operador De Beaumont.

La carta suscrita por De Beaumont, quien se presentó como vicepresidente senior y asesor a la presidencia de la CBH, data del 13 de junio de 2012 y estaba dirigida a Philippe Schellenberg, especialista en derecho comercial, bancario y financiero, quien para entonces era colaborador (hoy es uno de los socios) del bufete de abogados Budin & Associés, con oficinas en las ciudades suizas de Zug, Lausana y Ginebra. Es a la dirección de esta última a dónde se envió el escrito.

En el documento, De Beaumont es quien ordena la recepción de los fondos para las transferencias y explica que provienen de las comisiones que fueron “pagadas directamente por las contrapartes a los intermediarios”. Seguidamente, menciona a quienes aportaron el dinero sin indicar la cantidad que entregó cada uno, pues aclara que eso lo hará en comunicaciones siguientes.

La mayoría de estos intermediarios está vinculado a casas de bolsa en Venezuela, de acuerdo con datos recabados por la alianza de medios que ha trabajado en esta investigación. Allí se leen los nombres de Gabriela María Dorado Pizzorni, presidenta de Italcambio (único grupo autorizado para operar en la frontera venezolana), fundadora de Casa Blanca Fashion Group y esposa de Carlos Doradoallegado al gobierno de Maduro; Ricardo IV Montilla, presidente de la Asociación Venezolana de Operadores (AVO) y de Mercosur Casa de Bolsa; Álvaro Ignacio Rodríguez Hernández, director principal de Caja Caracas Casa de Bolsa; Bruno José Pianezzola Trujillo, director de Cuadra Casa de Bolsa, Manuel Ángel Suena Cagiao, corredor público de títulos valores y asesor de inversión hasta 2017, cuando la Superintendencia Nacional de Valores le retiró la autorización; el empresario Samir Samuel Ibrahim Fares y sus hijos Fouad José y Samir Alberto Ibrahim Chacón, propietarios de la empresa Sistema Integral de Monitoreo SIMSA, y los hermanos Oberto.

“Díazgranados no tiene relación alguna con una sociedad llamada Anam Asset Management Ltd. de Islas Vírgenes Británicas. Cualquier supuesta operación vinculada a esta sociedad, en la que no participa ni ha participado, es completamente ajena a su conocimiento”, subrayó la consultora Llorente & Cuenca en su respuesta escrita. En esa misma contestación, negó que hubiera hecho tratos con Violet Advisors o con los hermanos Oberto, a quienes sí admitió conocer “socialmente”.

El intermediario

Antes de sus operaciones con el Fonden, a Díazgranados se le había mencionado en varias publicaciones digitales en el caso de las notas estructuradas del Banco Central de Venezuela. La web Cuentas Claras Digital, especializada en casos de corrupción, indicó en un reportaje que durante 2006, cuando Tobías Nóbrega llevaba las riendas del BCV, se crearon estos productos financieros que permitieron la emisión de bonos en dólares, pagaderos en bolívares, que fueron utilizados para llevar divisas del Estado que se cotizaron en el mercado negro. “Carmen Meléndez, la actual ministra de la Defensa, cuando se desempeñó como Tesorera Nacional, con la asesoría de su gran amigo Danilo Díazgranados, junto a Merentes en el ministerio de Finanzas, participó en la negociación en el año 2006, de más de 9.000 millones en bonos y notas estructuradas, a tasa oficial”, apunta la publicación digital.

Díazgranados, a través de Llorente & Cuenca, dijo que nunca había prestado sus servicios financieros a Meléndez o a su esposo Orlando Maniglia, ex ministro de la Defensa venezolano. Lo mismo dijo sobre Merentes y Rodrigo Cabezas, y destacó nunca haberlos conocido en persona.

El 30 de agosto de 2006, un cable sobre el sector bancario venezolano enviado desde la Embajada de Estados Unidos en Caracas hacia otras sedes diplomáticas en Suramérica, incluyó el nombre del bróker venezolano.

De acuerdo con el documento, que se conoció a través de la filtración Wikileaks, el alto diplomático norteamericano Kevin Whitaker, quien en ese momento estaba en Venezuela, afirmó que un contacto le había asegurado que Díazgranados era “el intermediario” entre el gobierno de Hugo Chávez y los bancos de inversión extranjeros para los “depósitos y bonos de deuda (tanto de Argentina como de Venezuela)” que estaban fuera de los balances oficiales (off the books activities). Es decir, de operaciones que no dejaban rastro o documentos registrados pese a que se hacían con dinero público.

Por esos años, a Díazgranados también se le vinculó con otro polémico empresario y asesor de inversiones, Moris Beracha, quien fue el asesor del ex ministro de Finanzas, Rafael Isea, en el mismo caso de las notas.

Pero Díazgranados –por medio de la consultora española– se libró de todos los señalamientos y aseguró que “nunca fue empleado público ni asesor de ningún gobierno”. Sí admitió que ha hecho inversiones en sectores que van desde los seguros y las entidades financieras hasta las bebidas, en naciones tan distintas como Estados Unidos, Suiza, Bélgica y España, entre otras.

“Todos los negocios emprendidos son plenamente conformes con las regulaciones y normativas legales de cada país, a través de compañías y entidades financieras debidamente registradas, autorizadas, reguladas, supervisadas y auditadas. Su ejecutoria empresarial se ha desarrollado siempre libre de cualquier indagación judicial”, añade el documento de Llorente & Cuenca.

Según los dos memos de la CBH, Díazgranados es poseedor de una fortuna superior a los $2 millardos, razón por la que se autoimpuso un destierro. El “riesgo de secuestro para personas de su calibre” es tan alto en Venezuela, dice la comunicación, que se mudó en 2008 a La Romana, desde donde realiza todas sus operaciones financieras y donde también ha tenido participación en el negocio inmobiliario, como en la construcción del Blue Mall de Santo Domingo, que aloja tiendas de marcas tan exclusivas como Cartier, Carolina Herrera y Louis Vuitton, alberga las instalaciones del JW Marriot y es propiedad del Fondo de Valores Inmobiliarios, del también venezolano Luis Emilio Velutini.

La consultora también indicó que Díazgranados es accionista minoritario del séptimo grupo de Estados Unidos de cerveza artesanal y un socio importante de Dolium, una compañía belga que fabrica barriles de plástico para cerveza.

Sueño americano

Desde aquellos años colegiales, de burlas y travesuras, Díazgranados guardaba una cercana relación con Estados Unidos. Frecuentemente, rememoran ex alumnos de su colegio, hablaba de los viajes, largos o cortos, que hacía a aquel país. En uno de sus cumpleaños, cuando todavía no era un adolescente, sus padres complacieron un capricho muy a tono con aquella afinidad ‘gringa’: le regalaron un uniforme completo –con hombreras y casco incluidos – del equipo de fútbol americano de los Dolphins de Miami.

Los años no hicieron más que alimentar esa fascinación por el país norteamericano. Al graduarse de bachiller, Díazgranados despegó con rumbo al estado de Florida para estudiar en la Universidad de Miami. Años después se casó con María Josefa (Fefi) Salvatierra, nieta del banquero Salvador Salvatierra, fundador y propietario del Grupo Unión (que tenía entre sus empresas al Banco Unión), que hasta la década de los 90 fue una de las más grandes e importantes empresas financieras de Venezuela.

Entre finales de los 80 y principios de los 90, abrió varias empresas en Estados Unidos que hoy aparecen inactivas. Mondia Inc. (Miami, 1987), Overseas International Suppliers Inc. (Miami, 1989), U. Travel Inc. (Coral Gables, 1990) y HDC Travel Inc. (Coral Gables, 1990), fueron algunas de estas compañías. Entre todas, destaca Magna International, Inc. (Miami, 1989), donde se hizo socio de Walter Alexander (Alex) Del Nogal, su concuñado, quien años después fue señalado por “terrorismo financiero” en Venezuela, y por tráfico de drogas en Italia.

Fue justamente este allegado quien, según las palabras de Díazgranados, lo involucró en el caso de las seis explosiones sucesivas de 1993 en distintas calles de Caracas, que comenzaron con un sobre-bomba en la Corte Suprema de Justicia e incluyeron un coche-bomba en el estacionamiento del Centro Comercial Ciudad Tamanaco, muy cercano a la Base Aérea de La Carlota, al noreste de la capital. “La hermana menor de mi esposa, que se llama Marisol, estaba casada con Alex Del Nogal (…) Cuando él se mete en el lío empieza a decir que era un cuento financiero, montó un show y nombró a 14 personas”, explicó el bróker al diario El Mundo en mayo de 2010 a raíz de un perfil que se publicó sobre él en este periódico.

El diario El Tiempo de Bogotá recuerda en una nota que “las explosiones forzaron bajas en la Bolsa de Caracas y, en forma especial, en los mercados internacionales en los cuales cayeron los precios de bonos que el Estado venezolano tenía en venta y que pudieron ser comprados por los autores de los atentados”. Los episodios dejaron tres heridos, entre ellos Hugo Betancourt Zerpa, un archivador que perdió la mano al abrir el sobre explosivo en una oficina del máximo tribunal venezolano.

Los negocios del bróker no se vieron afectados por el “episodio bomba”. Durante los noventa –cuando su suegro le pidió que volviera a Caracas a trabajar en InverUnión– y la primera década de 2000, Díazgranados se mantuvo en Venezuela con una fructífera labor de asesor financiero que le permitió hacer crecer su fortuna, mientras mantenía fija la idea de invertir en Estados Unidos. Fue en 2010 cuando se convirtió en noticia por figurar entre los accionistas del Savoy Bank, una entidad que abrió sus puertas en 2008 –y que él mismo ayudó a fundar, según dijo– en el corazón de Manhattan y que tenía entre sus propietarios a los premiados cineastas Ethan y Joel Coen. “Soy el único venezolano aprobado por la Reserva Federal de Estados Unidos para operar un banco… En Estados Unidos te piden justificar el origen de cada dólar. Todo el mundo te revisa”, advirtió al diario venezolano El Mundo. Al mando de la entidad estaba, y continúa, otra venezolana: Elena Sisti, a quien los medios de comunicación describieron como una experta en banca, graduada en Barnard College, que estuvo durante 25 años en Citibank.

Justo por esos años, el empresario venezolano fundó Ron Transatlantic Energy Partners, LLC., localizada en Washington D.C., la compañía que en 2016 lo puso de nuevo en los titulares internacionales. Fue esta sociedad, donde aparece como director y única persona visible, la que compró la mayor parte de las acciones de SkyBridge Capital, una firma de inversiones que era propiedad de Anthony Scaramucci, el especialista en finanzas de Wall Street que Donald Trump echó luego de apenas 10 días como director de Comunicaciones de la Casa Blanca.

El trato entre Díazgranados y Scaramucci se hizo poco antes de que el segundo asumiera funciones en el Ejecutivo estadounidense y, de acuerdo con especialistas consultados por Bloomberg, estuvo muy por encima de los 180 millones de dólares en los que estaba valorada SkyBridge y se cree que alcanzó los 230 millones de dólares. Para lograrlo, el venezolano se alió con el conglomerado chino HNA Group Co., que durante los últimos años ha mostrado interés por integrarse al mercado latinoamericano. Una muestra de ello fue la intención de compra de la aerolínea Avianca.

Bloomberg también apuntó que, para finales de 2016, Díazgranados tenía en su poder 10% de las acciones de Skybridge. Sin embargo, su abogado Gregory Craig, aseguró a la publicación que su cliente no era parte del grupo de compradores actuales y que ya no tenía participación en la antigua compañía de Scaramucci. “Se negó a comentar más sobre la transacción”, dice la nota.

Un año antes, en marzo de 2015, el nombre del bróker se mencionó en un documento de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, donde se le vinculó a otro empresario cercano al chavismo: Wilmer Ruperti, señalado por haber pagado la defensa de Efraín Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, los sobrinos de la primera dama venezolana Cilia Flores que fueron sentenciados a 18 años de prisión por conspirar para traficar droga a Estados Unidos.

En ese archivo se indica que Díazgranados es el propietario de la cuenta Latin American Petroleum Inc. en la CBH, la cual fue congelada por autoridades suizas luego de tener indicios de que se trataba, realmente, de una cuenta de Ruperti, a quien se le condenó en Reino Unido por estafar y cobrar comisiones millonarias a la compañía Novoship (UK) Limited en nombre de Pdvsa. Fue esta misma empresa la que inició un proceso judicial contra Ruperti en Suiza, al denunciarlo por fraude, administración indebida y lavado de dinero.

El documento revela además otra propiedad de Díazgranados: un apartamento en un rascacielos de concreto y cristal ubicado en el corazón de la isla de Manhattan (150 West 56th Street, New York), adyacente a Central Park y al Carnegie Hall.

En Estados Unidos estuvo, hasta 2016, el hijo de Díazgranados que lleva su mismo nombre. El joven se hizo conocido, primero, por ser una de las cabezas de Toys for Boys, una boutique de lujo que abrió sus puertas en Miami en 2013 y que ofrece desde relojes hasta costosos autos.

En julio de 2016, Díazgranados Jr. organizó un evento para un exclusivo grupo de clientes del que todavía se pueden leer reseñas en la web. Ahí, los asistentes disfrutaron desde delicias de alta cocina, saboreadas con botellas de Don Perignon, hasta paseos en helicóptero y carreras en pistas automovilísticas. “Quería darles a nuestros invitados la oportunidad de vivir una experiencia única en sus vidas (…) Los hombres de Miami ahora cuentan con un lugar donde pueden encontrar los más extravagantes productos y lugares únicos”, comentó en una nota de PR Newswire.

El hijo del bróker asistió a Babson College, en Wellesley, Massachusetts, donde obtuvo un título en Ciencias Económicas y Empresariales. Poco después fundó su tienda de lujo y, en 2016, se hizo novio de la blogger e influencer de moda, Michelle Salas, la hija del cantante mexicano Luis Miguel. Las publicaciones del corazón siguieron durante meses el noviazgo con atención, incluso cuando ella se mudó a Madrid, donde él hacía estudios de postgrado. A finales de 2017, terminaron la relación.

Los otros negocios

Después de las explosiones, las notas estructuradas, los cables diplomáticos que lo identificaron como el intermediario de los negocios del chavismo y de hacerse socio de un banco en Nueva York, Díazgranados continuó siendo noticia cuando se supo que una de sus antiguas compañías había sido la protagonista de una estafa. En 2008, Basurvenca Servicios Sanitarios –registrada en 2000 por el bróker y su madre, María de la Concepción de Díazgranados– cobró a Banesco un fideicomiso de la Alcaldía del municipio San Francisco del estado Zulia, para importar 21 camiones compactadores de desechos que terminaron siendo catalogados como “chatarra”.

Ocho años después del hecho, el Tribunal Supremo de Justicia resolvió aplicar un embargo ejecutivo contra Banesco Banco Universal C.A., y no contra Basurvenca, por más de siete millones de dólares (USD 7.751.233,90). Para ese momento, Díazgranados ya no estaba en la empresa, pues tanto él como su madre la dejaron en manos de uno de los socios: Luis Eugene Blayton.

“La operación se realizó dentro de la legalidad, los vehículos le fueron entregados a las autoridades municipales de entonces en perfecto estado y así fueron recibidas por ellas, entregando el documento de descargo”, comentó al respecto el gabinete de crisis que representa a Díazgranados.

Blayton es de nacionalidad americana.

Antes y durante los años de Basurvenca, con la que logró firmar varios contratos con alcaldías, Díazgranados se había movido con soltura como asesor de inversiones. Siguió incrementando sus participaciones en negocios tan disímiles como la compra del equipo de baloncesto profesional Delfines de Miranda, que lo llevó hasta la presidencia de la liga, y hasta con una compañía minera que explotaba diamantes (Inversiones Mineras Alto Caroní C. A.), de acuerdo con el currículo de un antiguo empleado suyo. “Su éxito fue tal que las instituciones gubernamentales le consultaron y contrataron para que trabajara para ellos. Él estructuró muchos productos sobre las deudas de varios países de América Latina con numerosos bancos de la talla JP Morgan, BNP Paribas, Morgan Stanley, Société Générale, UBS”, dice el memorando de la CBH.

El CV de un ex empleado de Díazgranados revela la participación del bróker en la explotación minera.
Díazgranados junto a Carmelo Cortez, presidente de la Federación Venezolana de Baloncesto. Foto: Jacobo Lugo.

Lo que sí frenó ligeramente su ascenso –añade el documento de la banca suiza– fue la orden de Hugo Chávez de cerrar las casas de bolsa que, como consecuencia, provocó una caída en los mercados bursátiles en los que se movía tan bien Díazgranados. Pero también ante esta clausura halló una solución: “Los intermediarios financieros no encontraron otra opción que recurrir a vehículos offshore (Islas Vírgenes, Panamá)”, apunta la comunicación. Fue así como creó Craft Financial.

Además de esta offshore, Díazgranados abrió otras tres empresas en Panamá en las que se desempeña como presidente y director: Panros Global Inc., abierta desde agosto de 2012, donde figura la consultora Morgan & Morgan como agente y tres de sus empleados como miembros: Lineth Ponce (director / secretario de Craft Financial) y José Eugenio Silva Ritter y Dianeth Matos de Ospino, mencionados en Investiga Lava Jato, un proyecto colaborativo que involucró a veinte periodistas de América Latina y África para contar las historias del caso de corrupción más importante de la historia brasileña. El bróker también está al mando de Newdome Inc., inscrita en el registro público de ese país en octubre de 2000, y Bell Financial Corp., creada en junio de 2004. En esta última aparece como tesorera, secretaria y directora Jessica Blayton, hija de quien fuera su socio en Basurvenca.

Díazgranados es hoy uno de los directores de Iberonews Limited, creada en mayo de 2012 y registrada en Barbados, que a su vez es propietaria de la web del diario El Nacional. Por eso, su cargo lo comparte con varios miembros del directorio de ese periódico, como Francisco Varela Galino, José Elarba Haddad, Jorge Papatzikos, gerente general del impreso y Miguel Henrique Otero Castillo, presidente-editor de El Nacional. Allí figuran además José I. Palacios Osambela, Ramiro Molina Ríos y José E. Álvarez. La información fue confirmada a través de documentos obtenidos a través de Offshore Leaks – una fuente de información elaborada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) que permite navegar en los registros de más de 520 mil sociedades inscritas en distintos paraísos fiscales o jurisdicciones tributarias “blandas” – que señalan que esta empresa fue registrada como una compañía de negocios internacionales.

Pero esta relación con los medios de comunicación no es nueva, y menos con El Nacional. En 2004, Díazgranados entró en el grupo de nuevos accionistas del diario, e incluso ocupar la posición de director adjunto, cuando este decidió ampliar sus fuentes de financiamiento para hacer crecer su capital. Así lo señala el perfil del diario venezolano El Mundo que indica que cuatro años después, en 2008, tres empresas que tenía en sociedad con Moris Beracha (Inmuebles y Acciones Gradiaz C. A., Inversiones 97399 C. A. e Inversiones 26397 C. A.) compraron las revistas Cocina y Vino y Exceso, las cuales funcionaban en las nuevas instalaciones de El Nacional que, para entonces, había mudado su sede a la urbanización Los Cortijos, en Caracas. De estas, sin embargo, se retiró poco después de adquirirlas. “No soy periodista y eso trae muchos enemigos”, comentó al respecto en El Mundo.

Acta by runrunesweb

Los intereses del bróker también han pisado territorio español. En Madrid, entre 2011 y 2014, estuvo en la vicepresidencia de Movilway, una empresa dedicada a ofrecer servicios de recargas electrónicas y sistemas de pago a través del móviles, que se ubica como una de las líderes en Latinoamérica. Su llegada supuso, meses después, un salto gigante en el capital de la compañía que de 10.000 euros pasó a superar los 8 millones de euros.

Movilway, a su vez, es filial de Celistics Transatlantic, donde también estuvo Díazgranados como consejero entre 2012 y 2017. Es en esta última, considerada en el memorando como “la mayor operadora y distribuidora de equipos electrónicos (GSM, teléfonos inteligentes, tablas) y prepagos para América del Sur”, volvió a toparse con su antiguo socio, Beracha, quien lo sustituyó en esa posición y fue, hasta 2013, presidente y consejero de Celistics Holdings, la corporación que agrupa a ambas sociedades.

Los nombres de Beracha y Díazgranados también están en otro de los memorandos proporcionados por la filtración, con el mismo remitente y los mismos destinatarios: los directivos de la CBH Leandre Sappino, Jacky Ramet, Philippe Cordonier y a Stéphane Strub. Allí se explica que ambos brókers invirtieron ahorros en Glassbox Fund, creado por DCSI Group, una empresa administradora de activos con sede en Miami que se especializa en la selección y gestión de Obligaciones Hipotecarias Garantizadas (CMO, por sus siglas en inglés).

En Glassbox Fund, se explica, cada cliente tiene su propia clase. “Este fondo no se comercializa públicamente. Se trata de inversores privados venezolanos relacionados Rafael Casas (otro asesor de banca y finanzas) que abren ‘clases’ en las que colocan una parte de sus ahorros para que Glassbox pueda gestionarlos a través de las CMO”, informa el comunicado.

Tal comunicación hizo constar que el dinero del fondo saldría del HSBC Genève a las arcas de la CBH. Una de estas transferencias se hizo a través de Upson Columbus Corp., firma propiedad de De Beaumont, identificado como intermediario.

En medio de todos los escándalos, Danilo Díazgranados permanece de muy bajo perfil y cuesta verlo en alguna fotografía reciente. Sin embargo, hay una imagen que lo muestra en su hábitat actual. Está en la esquina de un grupo de hombres maduros, vestido con short y camiseta azul, con la cabeza de una raqueta apoyada sobre su pecho. Una bandana le sostiene el cabello, ya canoso, y evita que le tape las cejas pobladas y oscuras que le caracterizan. Acababa de participar en el torneo de tenis “Dueños 2017”, en La Terraza Tennis Center, un club ubicado dentro de su vecindario dominicano de Casa de Campo donde suelen reunirse los propietarios de las villas millonarias que rodean el lugar. Su rostro, aunque con el gesto relajado, revela hoy la misma media sonrisa que mostró de chico en la foto colegial.

Díazgranados en una cancha del club La Terraza Tennis Center de La Romana.

  • Artículo publicado en RunRun.es el día 07/05/2018

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