Los niños bien de Venezuela que se enriquecieron con Chávez, ahora van tras el petróleo de Maduro

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Diez años después, los bolichicos que se enriquecieron con Chávez, van tras el petróleo de Maduro.

Se conocen como los bolichicos y amasaron una enorme fortuna con la crisis energética del 2009 y ahora tiene los dólares para invertirlos en PDVSA


 

Elisa Pastrana / Las 2 Orillas (Colombia) – 10/03/2020

Cuando se acuñó el término, los bolichicos andaban por los treinta años y ya habían logrado amasar fortunas gigantescas con los multimillonarios contratos otorgados por la Venezuela de Hugo Chávez. Una década después, con el duro escrutinio de la opinión, escándalos y demandas a cuestas, han sido los primeros en llegar ahora que Nicolás Maduro intenta revivir a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) asociada con nuevas empresas, y en el ambiente se crea una tormenta por los señalamientos entorno a su participación en la financiación del proyecto político de Juan Guaidó.

En la camada de bolichicos, provenientes de familias tradicionales y adineradas, quizá los más representativos sean Alejandro Betancourt López, Pedro Alejandro Trebbau y Francisco D´Agostino Casado. Los dos primeros son primos y fundadores de una empresa llamada Derwick, a la que le fueron adjudicados entre el 2009 y el 2011, once contratos durante la crisis energética que apagó a Venezuela.

El Sistema Nacional de Contrataciones señala seis contratos con Electricidad de Caracas y cinco con Pdvsa, por unos USD 1.400 millones, aunque nunca se dieron a conocer cifras oficiales. El nivel de ejecución, en algunos de ellos, si acaso llegó al 8%, señala el madrileño diario El Mundo. Derwick fue durante el apagón líder en la importación y construcción de plantas eléctricas a través de una empresa de Missouri llamada ProEnergy Services que le vendió docenas de turbinas y le ayudó a armar las plantas. Los resultados fueron tan lamentables, como los signos de sobrefacturación y equipos usados y reconstruidos como si fueran nuevos, de lo cual dio cuenta en marzo del 2015 el periodista César Bátiz en el portal Armando.info.

Alejandro Betancourt y Pedro Alejandro Trebbau, primos y socios en Derwick.

A Madrid llegaron los bolichicos en la primavera del 2009, poco antes de obtener el primer contrato del gobierno de Chávez. Su actividad se centró en el sector inmobiliario donde crearon siete empresas, solo cuatro de ellas con bienes inmuebles, principalmente en el exclusivo barrio de Salamanca, durante los mismos años en los que en Venezuela obtenían los millonarios contratos de energía.

En la capital española el nombre del bisnieto del presidente Hermógenes Betancourt y su primo se hicieron notorios cuando por 22,7 millones de euros Derwick le compró al polémico presidente de la confederación de empresarios Gerardo Díaz Ferrán, el Castillo de Alamín, un coto de caza de 1.367 hectáreas en Santa Cruz del Retamar (Toledo) coronado por una espléndida mansión, superando en la puja de la subasta a los famosos Alberto Cortina y Alberto Alcocer, los Albertos.

Derwick pasó entonces a llamarse Compañía de Inversiones Agrícolas Trieste, mientras Betancourt enlazaba una serie de empresas en diversos sectores y en diversos países, desde el petrolero en el Zulia con Petrozamora, financiero en África con el grupo BDK que en junio de 2015 inauguró el Banco de Dakar con sede en Senegal, y gafas de sol Hawkers en España.

En Colombia Betancourt fue conocido por el pulso entre venezolanos librado con los socios de Pacific Rubiales, Miguel de la Campa, Serafino Iácono, Ronald Pantin, José Francisco Arata, por el control de la compañía cuando esta estaba al borde la quiebra, a través de su fondo O’Hara y un grupo de empresas aliadas que acumuló en menos de una semana 60 millones de acciones, el 19,2% del total accionario. Tras varias movidas, los fundadores de Pacific la entregaron a la canadiense Catalyst para salvarla. Desde junio del 2017 es Frontera Energy.

Los bolichicos han tenido que enfrentar varias demandas. Las más sonadas, la del embajador estadounidense en VenezuelaOtto Reich, en Nueva York, por soborno para obtener contratos, y la del presidente de la Fundación de Derechos Humanos, el venezolano Thor Halvorssen, en Miami, por soborno y sobrefacturación de las plantas eléctricas. Tanto el tribunal de Nueva York como el de Miami desestimó las acusaciones.

El caso de la estafa de $1.200 millones a Pdvsa, que se ventila en una Corte de Miami desde el 25 de julio de 2018 y que investiga a Betancourt (sin nombre, como Conspirador 2) y a su primo y socio, Francisco Convit, va más allá de los tribunales.

En su castillo El Alamín, Betancourt presentó a su abogado Giuliani al padre de Guaidó.

En El Alamín, en agosto pasado, Betancourt le presentó a su abogado Rudy Giuliani -una contratación que reveló el Washington Post– exalcalde de Nueva York y también abogado de Donald Trump, al padre de Juan Guaidó. Como “parte de un esfuerzo del empresario Alejandro Betancourt para demostrar sus estrechos vínculos con figuras de la oposición que buscan terminar el mandato del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lo que es también un objetivo clave de la administración Trump.  Betancourt le dijo a Giuliani que en secreto ayudó a financiar los esfuerzos de Guaidó para hacerse cargo del liderazgo de Venezuela”,  reseñó Reuters.

Se esperaba que esas buenas intenciones le sirvieran a Giuliani para que el Departamento de Justicia abandonara la investigación de La Florida. Un mes más tarde Giuliani hizo la petición, según le dijo a la agencia noticiosa Lev Parnas, un exasociado de Giuliani.

En medio de las negativas de todos los relacionados en esta historia, hay evidencia cierta de la reunión en el palacete toledano. Lo que está por confirmar es la financiación de Betancourt a Guaidó, tal como le dijo a Giuliani. Alejandro Betancourt López es primo hermano de Leopoldo López, el líder de Voluntad Popular, padrino político de Guaidó.

No obstante lo anterior, el gobierno de Nicolás Maduro ha seguido adelante con su plan para reflotar a Pdvsa y producir entre 1,5 y 2 millones de barriles diarios este año a través de contratos con nuevas empresas. En Petrosur, empresa ratificada por el gobierno el 12 de diciembre, aparece Alejandro Betancourt, como socio de Inversiones Petroleras Iberoamericanas, con sede en Chipre, al lado de expresidente de Repsol, Alfonso Cortina, el exasesor de asuntos legales de Repsol, Ramón Blanco Balin, según el portal especializado Argus Media. Petrosur desarrollará el apetecido bloque Junín 10 en la Faja del Orinoco, con reservas de crudo extrapesado estimadas en 1.030 millones de barriles.

Francisco D’Ágostino (dr) y su cuñado Luis Alfonso de Borbón.

En otra asociación en el este de Venezuela, está otro de los bolichicos, Francisco D’Agostino más vinculado al sector inmobiliario y financiero, y quien siempre ha negado cualquier vinculación con Derwick. Es director suplente en el banco del Banco Occidental de Descuento con su cuñado Luis Alfonso de Borbón, donde la mayoría de las acciones las tiene el suegro de ambos, Víctor Vargas. Y también cuñado de Henry Ramos Allup, expresidente de la Asamblea general de Venezuela.

Asociado con uno de los grandes empresarios venezolanos, Oswaldo Cisneros, en CT Energy, tienen el 40 % de PetroDelta, con seis campos maduros en Monagas y Delta Amacuro cuyas reservas probadas son 107,8 millones de barriles de crudo mayormente pesado. Cisneros y D’Agostino se proponen gastar USD 800 millones durante tres años para producir 100.000 b / d de crudo pesado a cambio de todo el control operativo y derechos de comercialización.

Diez años después, los bolichicos que se enriquecieron con Chávez, van tras el petróleo de Maduro.


Artículo publicado en Las 2 Orillas el día 04/03/2020

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